Miles de manifestantes contrarios a las medidas impuestas por la pandemia de coronavirus, entre ellos grupos de la extrema derecha, tomaron nuevamente las calles en varias ciudades de Europa, siendo en Berlín la de mayor asistencia en que elementos de la policía disolvieron la protesta por no respetar los protocolos de protección.
En Londres, cerca de mil de manifestantes, congregados en Trafalgar Square, pidieron el "fin de la tiranía médica". Otro millar de personas manifestaron en la ciudad suiza de Zurich. En París, 200 a 300 personas protestaron contra la obligatoriedad del cubrebocas.
Sophie, una parisina de unos 50 años, acudió a manifestarse en "favor de la libertad de elegir", diciendo que esa "una ciudadana que se opone a medidas liberticidas que no tienen ninguna justificación médica".
En Berlín, la policía interrumpió el sábado la manifestación de unas 20 mil personas porque no se estaban respetando las reglas de seguridad exigidas por el gobierno. Dos condiciones esenciales impuestas para su autorización, la distancia social y uso de la mascarillas, estaban siendo ignoradas por la mayoría de los asistentes a una marcha cuyo aglutinante era negar la necesidad de tales restricciones.
La manifestación, convocada por movimientos antivacunas y simpatizantes de extrema derecha, pero también grupos ciudadanos que consideran se vulnera su libertad de movimientos, había arrancado sobre las 11:00 horas locales frente a la puerta de Brandeburgo y su objetivo era juntarse en una gran concentración por la tarde.
Tras el anuncio de la policía, muchos manifestantes se quedaron en el lugar, sentados en el suelo en medio de la calzada, y gritaban "resistencia" o "somos el pueblo", una consigna usada por la extrema derecha, mientras otros entonaban el himno nacional.
La policía, que había desplegado hasta a 3 mil efectivos para esta jornada, les instó a abandonar el lugar. Hubo lanzamientos de botellas y otros objetos contra los antidisturbios. La autoridades detuvieron a unos 200 radicales de extrema derecha que protagonizaron acciones violentas ante la embajada de Rusia al ser disuelta una manifestación.
El responsable de Interior del gobierno regional de la ciudad-estado y capital alemana, Andreas Geisel, informó de estas detenciones, que se produjeron tras los altercados protagonizados por unos 2 mil simpatizantes.
Piden la salida de Angela Merkel
"Pensadores libres", activistas antivacunas, partidarios de la teoría de la conspiración y simpatizantes de extrema derecha se dieron cita a primeras horas del sábado en esta protesta bautizada como "fiesta de la libertad y de la paz". Personas de todas las edades, incluidas familias con niños apoyaban la frase "Merkel debe irse", que brotaban a menudo de la multitud.
"No soy simpatizante de extrema derecha, estoy aquí para defender nuestras libertades fundamentales", decía Stefan, un berlinés de 43 años, con la cabeza afeitada, que llevaba una camiseta gris con el mensaje "¡pensar, ayuda!".
El ayuntamiento de la capital alemana prohibió inicialmente la manifestación de este sábado por "razones de salud pública": la imposibilidad de respetar la distancia de al menos 1.5 metros entre los manifestantes. Pero el tribunal administrativo dio la razón a los organizadores al dictaminar que "la existencia de un peligro inmediato para la seguridad pública" no era un motivo válido, aunque puso condiciones.
Esta protesta se llevó a cabo en un contexto de creciente malestar entre la opinión pública alemana por las restricciones decretadas contra la pandemia, pese a que no han sido tan draconianas como en España o Italia, países mucho más golpeados por el covid-19.
Igual que numerosos países europeos, Alemania afronta esas últimas semanas un rebrote de la pandemia, con un promedio de mil 500 nuevos casos declarados cada día. Las manifestaciones contra las restricciones se han sucedido en Alemania desde julio.
El promotor de la manifestación, Michael Ballweg, un empresario informático sin etiqueta política a la cabeza del movimiento "Pensadores no conformistas-711", surgido en Stuttgart, describió el intento de prohibición de "ataque a la Constitución" alemana que defiende el derecho de expresión.
Un respaldo mayoritario a medidas de confinamiento
Sus partidarios protestan contra la "dictadura" de las medidas por el nuevo coronavirus que consideran un obstáculo para su libertad. Exigen la caída del gobierno de Angela Merkel y nuevas elecciones en octubre de 2020, es decir un año antes de lo previsto.
Pese a la vistosidad de las marchas, la opinión mayoritaria alemana respalda las restricciones, en un país en que ni en los momentos más álgidos se confinó a la población.
Un 60 por ciento de los ciudadanos las defienden, según el último "Politbarometer" de la televisión pública ZDF, mientras que un 28 por ciento cree que deberían reforzarse y sólo 10 por ciento las considera exageradas.
La única partido parlamentaria que respalda esas convocatorias es la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), líder de la oposición en el Bundestag (cámara baja) desde 2017, pero que ha perdido fuelle y tiene ahora una intención de voto del 9 por ciento según los sondeos.
dmr