No es un partido del Arsenal, Chelsea o Manchester United en la Premier League lo que ha convocado a decenas de británicos a los pub, los típicos bares ingleses, en Londres este martes. Tampoco es la segunda jornada de la Champions League que vio ganar al Liverpool y perder al Tottenham lo que acapara la atención de sus clientes en las pantallas.
Lo que se trasmite en estos clásicos establecimientos desde las 16:00 horas locales es el traslado del cuerpo de la reina Isabel II de Edimburgo, Escocia, a Londres, Inglaterra, para continuar con las exequias de la monarca británica.
John, Lewis y Garret se quedaron de ver en este pub ubicado a unas cuantas cuadras del Palacio de Buckingham únicamente para presenciar lo que, dicen, es un momento histórico del Reino Unido. Su plática se interrumpe constantemente por un momento que alguno considera importante y señala hacia la pantalla, entonces uno de ellos voltea para poder percatarse; a los dos restantes les queda de frente.
Aunque este pub se ufana —de acuerdo a lo escrito en pizarrones colocados en el interior del lugar— de ser La Casa de los Deportes en vivo, este martes los aplausos no son para Harry Kane, Jack Grealish, o Declan Rice, sino para la reina Isabel II.
Incluso, ya con el ataúd arriba del avión de la Fuerza Aérea Real, apenas comenzó a escucharse el himno británico, los tres se pusieron de pie. En otras mesas no fueron tan solemnes y solo un par de personas decidieron quitarse sus gorras.
Al final se sentaron porque la aeronave ya venía camino a Londres y comenzó en la televisión una serie de enlaces con los reporteros desplegados en todos los puntos que recorrería el cortejo fúnebre por las calles de Londres. Cuando el avión aterrizó a las 6 de la tarde con 54 minutos a la base aérea militar de RAF Northolt, en la mesa contigua lanzaron un “God Save The Queen".
dr