La Fiscalía chilena abrió una investigación por el violento ataque xenófobo contra migrantes venezolanos indocumentados, cuyas pertenencias como colchones, pañales, tiendas de campaña y ropa fueron quemadas ayer en la ciudad de Iquique, al norte del país, por manifestantes que protestaban contra la creciente ola de extranjeros en la zona.
La manifestación congregó a unas 3 mil personas que portaban banderas chilenas y carteles con lemas nacionalistas y antimigración. En medio de gritos xenófobos, los más radicales quemaron pertenencias de los migrantes que acampaban en las calles de esta ciudad de la región de Tarapacá, a unos 1.800 km al norte de Santiago.
- Te recomendamos Migrantes haitianos entran en selva de Colombia rumbo a frontera con Panamá Internacional
La Fiscal Jócelyn Pacheco de Iquique instruyó a la Policía de Investigaciones (PDI) que "realice investigación por hechos ocurridos en Iquique que terminaron con la quema de pertenencias de familias migrantes", se comunicó hoy en la cuenta oficial de Twitter de la Fiscalía de Tarapacá.
Pacheco también "dispuso medidas de protección para las víctimas (migrantes)", quienes tras el ataque tuvieron que huir, esconderse y pernoctar en las calles y playas de Iquique, constató una periodista de la AFP.
La protesta se registró un día después del desalojo de una plaza copada de familias de migrantes con niños.
El ministro del Interior de Chile, Rodrigo Delgado, manifestó su desacuerdo con la violenta protesta, aunque dijo que "vamos a seguir con los desalojos en todos los espacios públicos que se requieran" y también "con el plan de expulsiones" de migrantes indocumentados que lleva a cabo el gobierno de Sebastián Piñera.
La violencia en contra de migrantes en Iquique ha sido condenada por organismos como la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y el relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes, Felipe González, quien calificó el hecho como una "inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables".
Por su parte, Unicef manifestó "su preocupación por la situación que están viviendo niños, niñas y adolescentes migrantes en Iquique y pide al Estado garantizar y proteger sus derechos, cumpliendo de esta manera con los tratados internacionales suscritos por el país".
Los hechos ocurren en medio de la creciente llegada de miles de migrantes indocumentados que cruzan a pie la frontera entre Bolivia y Chile por pasos no habilitados en el inhóspito Altiplano, poniendo en riesgo sus vidas. Unos 11 extranjeros han muerto en la zona en lo que va del año.
Los migrantes intentan llegar en su mayoría a Santiago. Pero los más pobres carecen de recursos para costear un viaje hasta la capital chilena y han tenido que quedarse en Iquique u otras ciudades del norte del país, acampando en las calles en precarias condiciones.
OMZI