La historia de la reina Isabel II está tan vinculada con la Abadía de Westminster, que su última gran aparición pública no podía ser en otro lugar.
El funeral de la monarca británica del próximo lunes será una ceremonia histórica, no sólo por los Reyes, jefes de Estado, Primeros Ministros y demás asistentes, sino porque el adiós que le darán a Isabel II también implicará el fin de una era.
Las autoridades británicas lo saben y por eso han comenzado, con una semana de anticipación, los preparativos para este acto protocolario que iniciará a las 11 de la mañana, tiempo de Londres, 5 de la mañana en la Ciudad de México.
Desde las primeras horas de este lunes, decenas de trabajadores fueron desplegados en esta histórica Iglesia gótica anglicana que fue consagrada en el año 1065 y, uno después, coronó a su primer rey: Guillermo I, El Conquistador.
Ayer, durante varias horas, los trabajadores, identificados con chalecos color amarillo fosforescente, introdujeron material para los preparativos del funeral y cada bolsa era revisada por el personal de seguridad de la Abadía de Westminster.
Y es que tal como fueron necesarias adecuaciones el 2 de junio de 1953 para la ceremonia de coronación de Isabel II, como adaptar un escenario para el trono, 69 años después también se requieren arreglos para las exequias de una de las monarcas más queridas en la historia del Reino Unido.
Ésta, por cierto, fue la primera coronación televisada, y el lunes también se podrá ver por televisión, escuchar por radio y seguir online el funeral de Estado de Isabel II.
El funeral estará a cargo del Reverendo David Hoyle, Decano de Westminster; mientras que el sermón será predicado por el Reverendo Justin Welby, Arzobispo de Canterbury, Primado de toda Inglaterra. Los coros de la Abadía y la Capilla Real de su Majestad, el Palacio de Saint James actuarán bajo la dirección de James O'Donnell, el organista de la Abadía y maestro de los coristas.
Desde el exterior, y por la única puerta de esta icónica iglesia que permanece abierta para los trabajadores, se pueden observar veladoras prendidas; incluso en sus redes sociales, la Abadía compartió una imagen al interior de un cuadro con una foto de la reina Isabel II utilizando un elegante sombrero y un vestido color mamey.
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Hasta las 11 de la noche, tiempo de Londres, estos trabajos no se detuvieron y es que van a contrarreloj si se considera el despliegue de ostentosidad que pretenden todos en el Reino Unido.
Así han sido las ceremonias de los últimos días en el castillo de Saint James, donde el sábado fue proclamado rey Carlos III, o en Westminster Hall, más conocido como las Casas del Parlamento, cuando ayer se dirigió por primera vez, como monarca británico, a los integrantes de las cámaras de los Comunes y de los Lores.
Los británicos llevan en su sangre esta pomposidad que, quizá le hacía falta recordársela a todo el mundo y el próximo lunes, cuando tendrán los ojos del mundo puestos en ellos, será su oportunidad.
Pero los trabajos no sólo son al interior, para esta histórica ceremonia también han comenzado a colocar estructuras de metal en las calles que parecerían gradas para los miles de fieles a Isabel II que seguramente llegarán a las inmediaciones de la Abadía de Westminster, donde el 20 de noviembre de 1947 Elizabeth Alexandra Mary Windsor se casó con el príncipe Felipe, Duque de Edimburgo.
Por la noche, trabajadores también empezaron a retirar los semáforos de las calles aledañas, que ya desde la mañana tenían vallas.
También a esa hora las máquinas de limpieza iniciaron a lavar el piso de las calles por las que pasará el ataúd custodiado por los guardias británicos, con sus característicos sombreros altos de piel de oso, quienes este lunes comenzaron a ensayar este trayecto en los cuarteles militares de Wellington, en Londres.
En las calles aledañas también comenzaron a adaptar astas para colocar banderas del Reino Unido, y es que en esta cuadra también se encuentra el Palacio de Westminster, donde el cuerpo de la reina Isabel será llevado para que, a partir de la tarde de este miércoles, todo aquel que se quiera despedir pueda hacerlo.
El gobierno británico dio a conocer que no se permitirá el ingreso de cámaras fotográficas, osos de peluche, banderas, mochilas de grandes dimensiones y demás artículos.
Y es que todo tiene que ser perfecto a partir de que este martes por la noche, tiempo de Londres, aterricen los restos de la monarca británica proveniente de Escocia, pero sobre todo el lunes en la Abadía de Westminster, donde Elizabeth Alexandra Mary Windsor vio cómo coronaron a su padre, donde se casó aquí y después ella fue coronada...