Rusia suspendió las medidas de seguridad instauradas en Moscú durante la rebelión del grupo paramilitar Wagner, en un intento por volver a la normalidad tras una inédita crisis que debilitó la imagen del presidente Vladimir Putin.
La rebelión de Yevgueni Prigozhin, un multimillonario otrora aliado del presidente ruso, duró 24 horas y terminó el sábado por la noche con un acuerdo entre él y el Kremlin, mediado por el presidente bielorruso.
En virtud de ese acuerdo, Prigozhin, jefe de Wagner, obtuvo garantías de inmunidad para él y sus hombres a cambio de poner fin a la sublevación. Según el Kremlin, el empresario deberá exiliarse en Bielorrusia.
Sin embargo, las agencias de prensa rusas afirman que una fuente de la Fiscalía general dijo que "la investigación" contra Prigozhin sigue abierta.
Por su parte, las autoridades anunciaron el levantamiento del "régimen de operación antiterrorista", que otorga más poderes a las fuerzas de seguridad, en la región de Moscú y en la de Voronezh, al sur de la capital, donde entraron las unidades de Wagner y se produjeron tiroteos.
La medida se tomó ante la ausencia de "amenazas para la vida" de los habitantes, precisó el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, quien agradeció la "calma y comprensión" de los moscovitas.
Grupo Wagner mantendrá sus operaciones en África
El grupo paramilitar ruso continuará sus operaciones en Malí y en República Centroafricana (RCA) pese a la rebelión abortada de su jefe, indicó el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.
El personal de Wagner de esos países está "trabajando como instructores. Ese trabajo, por supuesto, continuará", dijo Lavrov en una entrevista con el medio ruso RT.
El ministro ruso consideró que Europa y Francia han "abandonado la RCA y Malí", países que han recurrido a Rusia y Wagner para tener instructores militares y "garantizar la seguridad de sus dirigentes".
Un alto funcionario de la presidencia de República Centroafricana indicó que Rusia mantendrá sus operaciones en el país.
"República Centroafricana firmó un acuerdo de defensa con la Federación Rusa y no con Wagner", declaró a AFP Fidèle Gouandjika, ministro consejero especial del presidente. "Rusia subcontrató a Wagner, si Rusia ya no está de acuerdo con Wagner entonces nos enviará un nuevo contingente", añadió.
Para los occidentales, Wagner es un instrumento de influencia rusa destinado a hacer avanzar los intereses de Moscú y competir con los europeos. El grupo armado está acusado de cometer abusos o expoliar recursos naturales allá donde opera.
Lavrov aseguró que la tentativa de rebelión armada en Rusia del jefe de Wagner, Yvegueni Prigozhin, no afectará a las relaciones de Rusia con "socios y amigos".
"Ha habido muchas llamadas al presidente Putin (...) para expresarle apoyo", adujo.
Los países que no son amigos de Rusia, "francamente, me dan igual", dijo el diplomático. "Las relaciones con Occidente están destruidas, así que un episodio de más o de menos", lamentó.
Reaparecen Putin y Shoigu
Más tarde reaparecieron por primera vez desde el motín fallido, en imágenes televisadas, el presidente Putin y el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu.
En uno de esos videos, se ve al presidente ruso en un foro sobre jóvenes e industria, y pronuncia un discurso en el que no alude a la rebelión de Wagner.
En otro, aparece Shoigu en el pase de lista a tropas rusas en Ucrania mientras escucha, con un semblante tranquilo, la presentación de un informe por parte de un general, examina unos mapas y vuela en helicóptero para observar las posiciones rusas.
Sin embargo, no se pudo establecer ni la fecha ni el lugar de esta última grabación, ni tampoco fue posible verificar con una fuente independiente la fecha en la que se grabaron las imágenes del ministro de Defensa.
Pero, pese a la aparente normalidad de que hacían gala las autoridades, la fulgurante aventura emprendida por los rebeldes de Wagner, que llevó a Putin a acusar a Prigozhin de traición, causó conmoción en Rusia.
Durante 24 horas, las fuerzas de Prigozhin se apoderaron de varios sitios militares en la ciudad estratégica de Rostov del Don, en el suroeste de Rusia, y recorrieron 600 km en dirección a Moscú, al parecer sin mayores contratiempos.
En Rostov, sus combatientes incluso fueron aclamados cuando abandonaron el cuartel general militar que habían tomado, desde el que se coordinan las operaciones en Ucrania.
Debilidad rusa, oportunidad ucraniana
En Ucrania, numerosos analistas consideran que la crisis en Rusia podría debilitar a las fuerzas rusas en el terreno y beneficiar a las tropas de Kiev, involucradas en una difícil contraofensiva desde hace semanas, gracias a la ayuda brindada por las potencias occidentales aliadas.
Por ejemplo, Suecia anunció un "paquete estival humanitario" de 35 millones de dólares en ayudas para Ucrania, para satisfacer "las necesidades más urgentes" con comida, agua, productos sanitarios, entre otros.
La viceministra ucraniana de Defensa, Ganna Maliar, informó que el ejército ucraniano le arrebató 17 kilómetros cuadrados de terreno a las fuerzas de Moscú, lo que lleva el total de territorio recuperado a 130 kilómetros desde principios de junio.
Además, la responsable anunció que las tropas ucranianas habían recuperado la localidad de Rivnopil, en la región de Donetsk, en el frente Sur.
SNGZ