En poco más de un año el covid-19 ha provocado un dolor profundo para Massimo Peluso, quien teniendo alrededor de 30 años vio cómo sus padres y esposa murieron tras el contagio del coronavirus, lo que hizo que ahora él, infectado por segunda vez, tenga que afrontar el desafío de criar a cinco hijos en Italia, los dos últimos nacidos prematuramente cuando la madre estaba hospitalizada por la pandemia.
Su relato lo hizo El Mundo, donde el hombre, quien trabaja como chef, contó los tormentosos momentos que ha tenido que enfrentar mientras está aislado, sin poder ver a ninguno de sus hijos, especialmente tras la muerte de su esposa, Alessandra De Rosa, que no contaba con una vacuna contra el covid-19 porque, según él, el ginecólogo que la atendía le recomendó no aplicarse la dosis.
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"El dolor es inimaginable, tan fuerte que a veces yo también tengo la sensación de estar muerto físicamente. Pero luego están nuestros hijos y la última promesa que le hicimos a Alessandra antes de que se fuera", dijo.
Antonio, Alessandra y Alessia son los tres hijos que la pareja ya tenía antes de que la madre contrajera el covid-19, luego se sumaron Aurora y Angelo, los que nacieron prematuramente en octubre como medida de urgencia mientras la mujer estaba hospitalizada por coronavirus.
"Me envió un mensaje, fue la tarde del 11 de octubre, la última vez que escribió. Me dijo: luché como un león, pero no creo que pueda hacerlo. Cuida a nuestros hijos. Ellos te necesitan. No quería creerlo, recé para que al menos ella se salvara", comentó Peluso.
Recordó que el año anterior al fallecimiento de su esposa murieron sus padres en 20 días. "Pensé: pero ¿por qué la vida se ha vuelto tan despiadada? Solo queríamos ser felices juntos. Alessandra nació para ser madre, quería una familia numerosa, fue una elección tener cinco hijos".
El hombre también admitió que aunque cuando supieron que ambos estaban contagiados de covid-19, ella no tenía miedo en los primeros días, pero "antes de ser entubada, vi terror en sus ojos a través de videollamadas. No podía hablar y me dijo: te escribo porque ya no tengo fuerzas".
Afirmó que él ahora está vacunado, aunque volvió a estar contagiado de covid-19 siendo asintomático en ambas infecciones. En su actual aislamiento, se arrepiente de haber hecho caso al ginecólogo que atendía a su esposa, pese a que trata de no dar tanta importancia a esa situación en este instante, debido a que se prepara a afrontar el criar a sus hijos, los cuales, los mayores, ya le han preguntado por su madre.
"Nuestros hijos de 8, 6 y 4 años me preguntan por ella. Lo saben todo, pero los niños perciben el dolor de manera diferente. Cuando parece que han entendido, entonces me preguntan: ¿cuándo vuelve? Y empieza todo de nuevo", dijo.
En su relato sostuvo que por el momento sus hijos mayores están en casa de sus suegros, siendo apoyados por ellos y sus cuñadas. Los recién nacidos continúan hospitalizados en cuidados intensivos en el hospital Santobono de Nápoles, sin dar positivo a covid-19.
"Para mí como hombre y como esposo ciertamente no habrá nada más. Pero tengo que ser un buen padre. En el cuello siempre llevo un collar con un colgante que me regaló Alessandra: un guante de boxeo. Es la fuerza que mi esposa me pidió que tuviera. Nuestros proyectos se han visto interrumpidos por un maldito virus pero el amor por los niños y por ella será eterno. Vivimos en nombre de esto", relató.