El aumento de la contaminación en la capital indonesia, Yakarta, ha llevado a Asep Muizudin Muhamad Darmini a estar conectado a un respirador en un hospital, desde donde contempla la bruma gris del exterior.
La contaminación del aire no es algo nuevo en esta gran ciudad de unos 30 millones de habitantes, pero los efectos este año han sido mucho peores según activistas y grupos de control de la polución.
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Sometido a cada vez más presión, el gobierno empieza a reconocer la contribución de la industria en la turbia niebla que envuelve la capital. En las últimas semanas ha sancionado a 13 firmas por no cumplir con la normativa y ha ordenado teletrabajar a algunos funcionarios y realizar pruebas de emisiones a los vehículos.
Antes de una cumbre regional la semana pasada incluso recortó la producción de electricidad en la planta de carbón de Suralaya, cerca de Yakarta, en un intento de reducir los altos niveles de micropartículas PM2.5, un tipo de contaminantes que pueden penetrar en lo más profundo de los pulmones.
Aun así, la ciudad todavía apareció encabezando la clasificación de peor calidad del aire del mundo en varios días del último mes, según la empresa de control de la contaminación suiza IQAir.
Darmini trató de protegerse con una mascarilla y haciendo ejercicio regularmente, pero fue en vano.
"Me siento impotente, no importa cuánto intente de mantener una actitud positiva y vivir con normalidad, mi cuerpo no puede luchar contra la contaminación", dice el hombre de 35 años a la AFP.
Acciones legales
El director del principal hospital de Indonesia para las enfermedades respiratorias explicó que los casos de infecciones y neumonía repuntaron del "20 al 30 por ciento" entre marzo y julio, comparado con el año anterior, aunque no podía atribuirlo de forma definitiva a la contaminación.
La contaminación deriva de múltiples causas. Factores como el aumento de la temperatura del aire, el cambio de los patrones del viento y la topografía del terreno afectan a la concentración de las partículas nocivas.
Los expertos también dejan claro que las fuentes de energía contaminantes como las plantas de carbón, muy habituales en Indonesia, también contribuyen.
Los modelos de datos del Centro para la Investigación de la Energía y el Aire Limpios (CREA) sugieren que las emisiones de las plantas de carbón de Indonesia en 2022 causaron 10 mil 500 decesos y costes sanitarios por 7 mil 400 millones de dólares.
El país asiático, el cuarto más poblado del mundo, se comprometió a dejar de construir nuevas plantas desde 2023 y a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Pero sus autoridades ya enfrentan procesos legales por la lentidud de los avances y su impacto en la salud de la población.
Problemas pulmonares crónicos
Cempaka Astriani culpa a la mala calidad del aire de la tos persistente de su hijo de seis años.
"El gobierno parece que no entiende completamente nuestros derechos y sus obligaciones", dice la mujer de 35 años. "Mi sentimiento va más allá del enfado. Estoy tan decepcionada, me siento desesperada", agrega.
Los niños son de los más vulnerables a la contaminación del aire porque la exposición temprano en sus cuerpos todavía en desarrollo puede tener impactos duraderos.
"Si los niños contraen frecuentemente infecciones respiratorios, el crecimiento de sus pulmones puede verse alterado. Esto puede llevar a problemas de salud crónicos", dice Feni Fitriani Taufik, una especialista pulmonar en el hospital Persahabatan.
Criticado y al parecer también víctima de una fuerte tos, el presidente indonesio, Joko Widodo, insistió que un nuevo tren inaugurado en la capital en agosto ayudará a mitigar el problema.
La capital se trasladará el próximo año a la nueva ciudad de Nusantara, en la isla de Borneo, un cambio que también pretende aliviar la polución.
Widodo también nombró un equipo especial contra la contaminación, aunque encabezada por un ministro que, según las informaciones, es accionista en una empresa con intereses en minas de carbón.
Este ministro, Luhut Pandjaitan, calificó de hipócritas las críticas de los países desarrollados a la dependencia de Indonesia del carbón.
Por otro lado, resquicios en los compromisos climáticos asumidos por Indonesia implican que pueden construirse nuevas plantas de carbón que ya están en el proceso de planificación o que abastecen a otras fábricas.
Esto puede llevar a un aumento de las emisiones contaminantes del 70 por ciento en 2030, según CREA.
Asriani y Darmini aseguran que en las elecciones presidenciales de febrero tendrán muy en cuenta los planes anticontaminación de los candidatos. Pero de momento ninguno de los favoritos ha presentado su estrategia de transición a un consumo de energía más limpio.
"Esto es un problema sistémico", dice Darmini. "No quiero que lleguemos a un punto en el que tengamos que comprar aire limpio en el futuro", agrega.
JCM