¿Por qué en Japón (casi) no hay asesinatos?

Los nipones tienen un estricto control de armas, el cual incluye exámenes psicológicos; el militar que mató al ex ministro Shinzo Abe tuvo que construir la suya.

Japón tiene un estricto control de armas. (Reuters)
Ciudad de México /

El asesino del ex primer ministro Shinzo Abe no fue un adolescente que compró un rifle en el súper del barrio, fue un militar con experiencia que tuvo que construir artesanalmente el objeto con el que disparó. Esto ocurre porque en Japón es casi imposible tener un arma en casa.

El impacto del atentado contra el ex primer ministro Shinzo Abe es mucho mayor que el que tienen crímenes similares en otros países. No sólo porque en Japón ya no había asesinatos políticos. También porque prácticamente no hay asesinatos.

Que el Japón moderno esté libre de sangre hubiera sido un sueño imposible tras el 2 de septiembre de 1945, cuando en el enfrentamiento interno de dos facciones del gobierno, los que proponían evitar el desastre definitivo se arriesgaban a que los mataran, bajo un régimen militar fascista que había masacrado a millones fuera y dentro del país.

Pero hoy incluso los famosos y sofisticados asesinatos de la yakuza (como se conoce de manera genérica a las bandas de la delincuencia organizada) en suelo japonés corresponden al anime y otros géneros de ficción, no a la realidad.

Si en Estados Unido influyentes sectores de derecha se aferran a la venta y posesión indiscriminadas de armas para disuadir a criminales –quieren, por ejemplo, que los maestros las tengan en los salones de clase–, y en México algunos políticos han propuesto que las familias se armen, lo que ha mantenido a Japón como una sociedad prácticamente libre de asesinatos es una política tajante de cero tolerancia a las armas.

En Japón ya no había asesinatos políticos. (EFE)

En 1958, fue aprobada una ley que sentencia: “Nadie poseerá un arma de fuego o armas de fuego ni una espada o espadas”.

Por eso, el asesino de Shinzo Abe no fue un adolescente que adquirió un rifle como si fuera un videojuego en el súper del barrio, ni un niño que se lo encontró escondido debajo del colchón de sus padres. Esto es imposible que suceda en Japón.

Fue un hombre que, como ex militar, tiene capacitación y experiencia en manejo de armas. Pero ni siquiera esto es suficiente para que pueda acceder legalmente a una, por lo que tuvo que construirla artesanalmente: con cinta adherente, unió dos tubos de aluminio con una base de madera. Los dos proyectiles, que también él elaboró, fueron previamente colocados en el lugar de disparo: si hubiera fallado, no tenía forma de recargar.

Mortalidad por armas

Los antecedentes de atentados contra políticos de alto nivel son casi inexistentes en Japón. Trágicamente, uno de ellos fue el abuelo de la víctima de hoy, el entonces primer ministro Nobusuke Kishi, apuñalado en un muslo en 1960. Pero sobrevivió, al igual que otros dos primeros ministros que sufrieron ataques, Takeo Miki, en 1975, y Morihiro Hokosawa, en 1974.

En 2020, Japón observó la tasa de mortalidad por armas de fuego más baja del grupo de los siete países más ricos del mundo. En 2020, fue de 0.3 casos por cada 100 mil habitantes. En comparación, México tiene 19.3 asesinatos (64 veces más) y Estados Unidos, 7 (23 veces más).

Igualmente, la proporción de civiles que poseen armas es bajísima en Japón, con 0.3 por cada cien personas. De nuevo, en México son 12.9 (43 veces más) y en Estados Unidos, nada menos que 120.5 (401 veces más; el número de armas sobrepasa al de personas).

Para que un ciudadano pueda entrar en las muy contadas excepciones a la prohibición de poseer armas en Japón, tiene que seguir un complicado proceso de aprobación:

-Unirse a un club de caza o de tiro.

-Tomar una clase de manejo de armas y aprobar un examen escrito.

-Someterse a un examen médico que demuestre que está mentalmente sano.

-No tener historial de adicciones.

-Tomar un curso de disparo de armas y de cómo almacenarlas de manera segura.

-Entrevista con la policía para explicar por qué quiere poseer un arma y superar una revisión de sus antecedentes, que incluye entrevistas con familiares y vecinos, historial laboral y estado financiero.

-Si pasa todo lo anterior, puede solicitar un permiso para poseer pólvora.

-Comprar cajas especiales, una para guardar munición y otra para el arma, que deben ser inspeccionadas por la policía.

-Como sólo se permite poseer armas para cacería o para deporte, debe aprobar un examen sobre la actividad relacionada.

-Examen psicológico.


DMZ

  • Témoris Grecko
  • Periodista, documentalista y analista político que ha cubierto conflictos sociales y armados en 95 países y territorios, publicado siete libros y escrito cinco documentales.

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