Un joven originario de la costa noreste de España se ha convertido accidentalmente en la segunda oportunidad para Toco, un perrito chihuahua al que su dueño arrojó a la basura tras negarse a pagar una operación de 700 euros, delito por el que ya es investigado por la Policía Local de Vigo.
Los agentes de Vigo ya han identificado y denunciado a un vecino de la ciudad, J.M.S.C., de 54 años de edad, como presunto autor de un delito de maltrato animal, por haber abandonado a un pequeño perro, de raza chihuahua y muy malherido.
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Los hechos ocurrieron a finales de enero, cuando el 092 recibió una llamada por parte de un joven el cual había encontrado a Toco en un contenedor.
De acuerdo con el reporte, se había encontrado al perrito de raza chihuahua en la Avenida de A Florida de la ciudad, todo cuando se encontraba buscando en el contenedor su riñonera que le habían robado y quería corroborar si se encontraba adentro.
Sin embargo, no encontró su riñonera, pero si una bolsa que se movía y al retirarla, comprobó que dentro de ella había otra bolsa que, al abrir, dejó a la vista un pequeño perro malherido.
El animal tenía varias lesiones por el cuerpo y, ante la urgencia de su estado, el joven lo llevó a una clínica veterinaria del barrio de Navia, siguiendo las indicaciones de la Policía Local, informó Galicia Press.
Una vez en la clínica, el veterinario reconoció al perro, al que había asistido unas horas antes, poco después llegaron los agentes a quienes explicó que el perro estaba muy grave y necesitaba una intervención quirúrgica.
Al conocer el estado de salud del perrito, el joven que lo encontró se ofreció a hacerse cargo del can y a pagar los gastos de la atención sanitaria.
Así abandonaron a Toco
Las investigaciones posteriores permitieron identificar al propietario del animal, que al verse descubierto admitió que el pequeño perro había sido atacado por otro can de su propiedad, de raza Akita Americano, y que había acabado con graves lesiones.
Compartió a los agentes, que inicialmente lo llevó a la clínica, cuando le fue notificado que necesitaba una cirugía de 700 euros, decidió llevárselo, alegando que lo trataría un amigo suyo, también veterinario.
Una vez fuera de la clínica, reconoció que había "gestionado muy mal su reacción" y que había optado por meter al perro en unas bolsas y tirarlo al contenedor, creyendo que estaba muerto.
El animal, de nombre Toco, fue finalmente salvado por el chico que lo encontró, un joven de 24 años de edad que tiene su custodia temporal mientras la autoridad judicial decida cuál es su destino.
La Policía Local ha confirmado que Toco "a fecha de hoy está felizmente recuperado de sus heridas".
CHZ