Al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se le está complicando el panorama. Mientras la danza macabra de las cifras sigue ascendiendo por la espiral que deja el coronavirus a su paso, su popularidad va en picada y la economía se desinfla, la justicia pone su lupa en sus actuaciones y en el comportamiento de su familia.
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Por ello, advierten analistas, periodistas y políticos, las botas militares pueden volver a resonar en Brasilia a favor de un autogolpe de Bolsonaro.
Ayer, The New York Times aseguró que, ante la crisis que vive el gigante sudamericano, “algunas de las figuras militares más poderosas de Brasil advierten sobre la inestabilidad” lo que provoca tal inquietud que —insinúan— “pueden hacerse cargo” para, señala el diario estadunidense, “desmantelar la democracia más grande de América Latina”.
Menos de una tercera parte de los brasileños aprueba la forma como Bolsonaro ha manejado la crisis del coronavirus. “Está perdiendo apoyo y necesita hacer algo”, afirma Maurício Santoro, profesor de ciencias políticas en la Universidad Estatal de Río de Janeiro.
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Mientras se le acusa de esconder las cifras de muertos, al punto que el Supremo Tribunal Federal (STF) le ordenó divulgar íntegramente los datos, la idea de un golpe empieza a circular cada vez más.
Pero de acuerdo al periódico neoyorquino, “lejos de denunciar la idea, el círculo íntimo del presidente parece estar reclamando que los militares entren en la refriega”.
A finales de mayo, dos personalidades clave de la política brasileña lo advirtieron.
Primero, el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, cuando el 28 de mayo advirtió en Twitter: “Los golpistas ya han colocado un pie en nuestro balcón; si no hay reacción, derribarán nuestra puerta”.
Su tuit se publicó un día después de que uno de los hijos del presidente, el diputado Eduardo Bolsonaro, aseguró que ya no es cuestión de debatir si ocurrirá un “momento de ruptura”, sino “cuándo”.
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Tras la advertencia de Lula el decano del STF, Celso de Mello, acusó a Bolsonaro de querer convertir a Brasil en una “despreciable y abyecta dictadura militar”.
NYT recuerda que Bolsonaro y su familia “están siendo investigados por acusaciones como abuso de poder, corrupción y divulgación ilegal de información errónea”.
En su nota de ayer, recuerda que “casi la mitad de su gabinete está compuesto por figuras militares, y ahora, según los críticos, confía en la amenaza de la intervención militar para evitar los desafíos a su presidencia”.
“Los radicales desean que Bolsonaro dé un golpe de Estado, pero en la historia de Brasil no hay presidentes que hayan hecho eso sin el respaldo popular”, señala por su parte Carlos Melo, profesor de ciencias políticas en la escuela de negocios Insper en Sao Paulo.
“La cuestión será ver si las fuerzas armadas y la policía que aún lo respaldan creerán que hay condiciones para hacer esto y recuperar popularidad”.
EN CIFRAS
772,416 contagiados por coronavirus es la cifra que anoche manejó la Johns Hopkins para Brasil, solo detrás de EU.
39,680 muertos por covid-19 son los registrados. Cantidad que ha provocado gran descontento contra Bolsonaro entre la población brasileña.