La estrategia del presidente estadunidense, Joe Biden, contra la inmigración irregular ha permitido "avances", pero se ve obstaculizada por "actores corruptos y antidemocráticos" en Centroamérica, afirmó este miércoles el jefe de la diplomacia estadunidense para América Latina y el Caribe.
En julio de 2021 Biden decidió combatir la migración irregular, procedente sobre todo de Centroamérica, abordando sus "causas fundamentales", una tarea que encomendó a la vicepresidenta Kamala Harris. Su plan para frenar las olas de migrantes que se agolpan en la frontera con México rompía con la política migratoria de línea dura de su predecesor, el republicano Donald Trump.
En seis meses ha habido "avances", como las ayudas a la región contra la pandemia de covid-19, con 15 millones de dosis de vacunas gratuitas a Centroamérica, el anuncio de un millón 200 mil dólares en inversiones del sector privado y una mayor "transparencia" a través de la lucha contra la corrupción, enumeró el subsecretario de Estado para las Américas, Brian Nichols, durante un acto organizado por el Diálogo Interamericano en Washington.
Pero "la noche es oscura y llena de terrores", añadió Nichols citando la célebre serie de televisión Juego de Tronos y refiriéndose a los "actores corruptos y antidemocráticos".
Nichols afirmó que a la lista de actores corruptos "se ha añadido a más de 60 hondureños, guatemaltecos y salvadoreños" y se impusieron sanciones a varios funcionarios de El Salvador y Guatemala, además de abrir una nueva línea de información para denunciar la corrupción.
En la balanza de los aspectos positivos, Estados Unidos destacó las 40 investigaciones del grupo de trabajo (Task Force) que desembocaron en decenas de arrestos y condenas, la prevención de la violencia en las elecciones presidenciales de noviembre en Honduras y la creación de alianzas como el marco de cooperación con México Sembrando Oportunidades que aborda las causas profundas de la migración.
La relación de Estados Unidos con algunos países de Centroamérica, como Nicaragua, Guatemala y El Salvador, no es especialmente fluida.
"Con El Salvador y Guatemala... queremos tener una relación positiva y trabajar en una amplia gama de temas", pero "hay desafíos" sobre el Estado de derecho, la lucha contra la corrupción y la separación de poderes, dijo Nichols, quien insistió en que "la corrupción no es un tema que pueda ser secundario o marginado de otros".
Con Honduras la relación ha mejorado desde la elección de la presidenta izquierdista Xiomara Castro. Su predecesor Juan Orlando Hernández es objeto de una orden de extradición a Estados Unidos, acusado de haber participado en la exportación de toneladas de cocaína.
A pesar de las dificultades, Nichols espera que los tres países acudan a la Cumbre de las Américas prevista en junio en Los Angeles, aunque antes quiere "tener conversaciones francas y constructivas" con ellos.
Nicaragua y el CAFTA
Nichols afirmó que en Nicaragua, dirigida por el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, "ya no hay ninguna pretensión de democracia".
"El régimen de Ortega-Murillo ha tratado a su propia gente con brutalidad, ha privado de libertad a personas honestas que solo buscan participar en el sistema político o hablar libremente, las ha condenado a penas de prisión demasiado largas e injustificables por sus acciones, y eso es profundamente preocupante", denunció.
Nichols espera que "vean que este no tiene que ser un camino inevitable, que haciendo cosas como liberar inmediatamente a los presos políticos, permitir un mayor espacio abierto para el diálogo y la discusión, que ellos pueden volver al sistema internacional y encontrar el camino hacia elecciones libres, justas y transparentes".
A una pregunta sobre si habría que expulsar a Nicaragua del DR-CAFTA, el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, la República Dominicana y Estados Unidos, Nichols afirmó que el país "se está excluyendo efectivamente del acuerdo por no respetar los principios de democracia, derechos humanos, Estado de derecho, que los inversionistas encuentran cruciales".
En estas circunstancias "puedo ver fácilmente un escenario en el que si Nicaragua sigue por el camino actual, su población y el sector privado habrán huido del país y quedará muy poco de actividad económica", concluyó.
RM