Primer ministro de Líbano presentará renuncia, tras disturbios en manifestaciones

Saad Hariri dijo que se llegó a un "punto muerto" después de que simpatizantes del grupo armado Hezbollah amedrentaran a manifestantes en contra del gobierno.

El primer ministro libanés Saad Hariri habla durante un discruso a la nación en Beirut. (AP)
Un simpatizante de Hezbollah (derecha) se enfrenta con un manifestante. (AP)
Simpatizantes de Hezbollah queman tiendas de campaña en el campamento montado por los manifesntantes. (AP)
Editorial Milenio
Beirut /

El primer ministro libanés, Saad Hariri, presentará su renuncia al presidente Michel Aoun, luego de que alcanzó a un “punto muerto” tras dos semanas de protestas contra el gobierno.

En un mensaje de Hariri se produjo poco después de que cientos de afiliados al grupo político Hezbollah desmantelaron el principal campamento de protesta contra el gobierno en la capital de Líbano, prendiendo fuego a las tiendas de campaña, destrozando sillas de plástico y persiguiendo a los manifestantes.

El primer ministro pidió a los libaneses proteger la paz civil y evitar un mayor deterioro económico.

La policía parecía incapaz de frenar a los antimanifestantes, que gritaban eslóganes religiosos chiies. 

Los altercados comenzaron hoy por la mañana, cuando los hombres retiraban a los manifestantes de las avenidas principales de Beirut.

Posteriormente, se dirigieron al principal sitio de protesta en la capital, donde opositores al gobierno han acampado por casi dos semanas.

El alboroto representó un punto de inflexión violento en el movimiento de protesta que ha pedido la renuncia del gobierno y la destitución de la clase política que ha dominado al país desde su guerra civil de 1975 a 1990.

Hezbollah se ha convertido en el grupo armado más poderoso del país, y son las facciones aliadas a este, las que dominan el gobierno.

Los hombres que atacaron a los manifestantes se habían presentado en un principio como residentes molestos y frustrados por la manera en que las protestas han paralizado al país. 

Pero más tarde, se les escuchó coreando “a su servicio, Hussein”, un eslogan religioso chií, y “Dios, Nasrala y todo el Dahiyeh”, en referencia al líder de Hezbollah, Hasán Nasrala.

Los soldados y la policía intervinieron para separar a los dos grupos, pero no lograron evitar que los simpatizantes de Hezbollah atacaran la Plaza de los Mártires en el centro de Beirut

Los antimanifestantes arremetieron contra los reporteros que cubrían los altercados, pateándolos y buscando sus cámaras.

Hasta ahora se ignora cuántas personas resultaron heridas.

​LP

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