Una mujer australiana que vive al norte de Perth ha demandado a sus vecinos por instalar una parrilla en el jardín. El motivo de su disgusto es peculiar: el olor a comida asada, en particular el de alimentos que derivan de animales, le parece insoportable pues es vegana.
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Además del olor que desprenden los alimentos que consumen sus vecinos, que por lo general suele ser pescado, Cilla Carden también se quejó del humo del cigarrillo y de ruidos molestos. Por eso denunció a Toan Vu, su vecino, ante la justicia local.
En declaraciones que publica el diario británico The Guardian, Cilla Carden explica que no tiene calidad de vida:
"Colocaron una parrilla y solo huelo a pescado, solo puedo oler a pescado. No puedo disfrutar de mi jardín, ya no puedo salir de casa".
Carden llevó el caso a los tribunales en 2017 y mantuvo una batalla legal hasta la sentencia definitiva: la Corte Suprema de Perth desestimó su caso y le dio la razón al vecino.
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En la sentencia se puede leer que "a la señora Carden se le dio una oportunidad justa para presentar su caso, y los miembros del tribunal condujeron los procedimientos de manera justa y apropiada".
Ahora, las autoridades invitan a los vecinos a "dirigir y gastar sus energías en la resolución de sus diferencias lo mejor que puedan".
Por su parte, Toan Vu no es el primer vecino de Carden en tener problemas con ella: otro hombre se vio obligado a quitar su parrilla ante los constantes reclamos de Carden.
grb