El papa Francisco lamentó el viernes "el odio que siembra en las generaciones futuras" la guerra entre Hamás e Israel en Gaza y pidió de nuevo un alto el fuego, la liberación de los rehenes y ayuda humanitaria para los palestinos.
"Todo este sufrimiento (...) las violencias que esta [guerra] desencadena y el odio que siembra también en las generaciones futuras deberían convencernos de que toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado", declaró con motivo del décimo aniversario de la invocación por la paz en Tierra Santa, celebrada en su día por el ex presidente israelí Shimon Peres y el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abás.
"Cada día rezo por que esta guerra al fin termine. Pienso en todos los que sufren, en Israel y en Palestina, en los cristianos, los judíos y los musulmanes", añadió el pontífice argentino.
"Pienso en la urgencia de que desde los escombros de Gaza se tome por fin la decisión de detener las armas y, por ello, pido un alto el fuego. Pienso en los familiares y rehenes israelíes y pido que sean liberados lo antes posible. Pienso en la población palestina y pido que esté protegida y reciba toda la ayuda humanitaria necesaria", reiteró Francisco.
El papa, de 87 años, pidió que todo el mundo trabaje y se comprometa "para que se alcance una paz duradera, donde Palestina e Israel puedan vivir uno al lado del otro, derribando los muros de la enemistad y del odio".
"Todos debemos preocuparnos por Jerusalén, para que se convierta en la ciudad del encuentro fraterno entre cristianos, judíos y musulmanes, tutelada por un estatuto especial garantizado a nivel internacional", concluyó Francisco, refiriéndose a esa ciudad que Israel proclamó como su capital tras la anexión de Jerusalén Este.
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