Jeniffer Ortega, junto a su pareja, viajaron a Israel por vacaciones, sus planes iniciales eran estar cinco días en Jerusalén y tres en Tel Aviv; sin embargo,el ataque de Hamás al Estado israelí que comenzó el 7 de octubre frenó sus planes.
Ortega y su pareja lograron salir de Israel con destino a Italia, fueron de los pocos connacionales en lograrlo tras el conflicto y días antes de que el gobierno mexicano enviara dos aviones de la Fuerza Aérea Mexicana.
“Yo desperté alrededor de las 08:00 horas del sábado, mi pareja me comentó que había escuchado una sirena y un tipo de explosión y que no me asustara; poco después volvió a sonar y fue cuando yo escuché la sirena, seguido de detonaciones, como si en México escucharas, cuando hacen pirotecnia de los cuetes que son muy grandes y muy iluminados, se escuchaban muy parecidos, pero vibraba, fueron como 15 veces toda la mañana y como hasta las 15:00 horas”, narró Ortega a MILENIO a través de audios enviados vía WhatsApp sobre cómo fueron las primeras horas del ataque de Hamás a Israel.
La mexicana recordó que desde el viernes 6 de octubre se frenaron actividades en Israel por la celebración del Sabbat durante un día.
En la embajada de México “nadie contestó el teléfono”
Ortega explicó que el sábado buscaron contactarse con las autoridades mexicanas, a través de la embajada en Israel, y la respuesta inicial fue una grabadora.
“Para nuestra gran sorpresa contestó una grabadora, dijimos ‘bueno, puede ser porque es Sabbat y todavía es temprano’, entonces empecé a buscar en redes sociales la página de la embajada de México en Israel, me encontré un documento que venía un teléfono de Israel en donde hablan la mayoría en hebreo, —nosotros hablamos español e inglés— y afortunadamente me pudieron atender en inglés.
“Pregunté las indicaciones a seguir de situaciones, la chica que me atendió me dijo que si el hotel tenía un bunker acudiera ahí en cuanto escucháramos las sirenas y si no había (como era el caso del Airbnb donde se hospedaron) alejarnos de las ventanas, tirarnos al piso, cubrirnos la cabeza y vientre”, explicó.
En un siguiente intento de contactarse con las autoridades mexicanas a través de un correo electrónico, la respuesta de las autoridades mexicanas, de acuerdo con Ortega, fue muy escueta e impersonal.
“Decía que siguiéramos las indicaciones del gobierno israelí, pero que para cualquier emergencia contactáramos a la embajada, contactamos a la embajada desde el primer momento, desde los primeros momentos del día, y contestaba una grabadora, nunca nadie contestó el teléfono, nunca recibimos una llamada por parte del gobierno de México cuando ellos sabían que estábamos en territorio judío porque nos registramos en su base de datos avisando que estábamos ahí”.
Las sirenas, que escucharon varias veces el sábado, no son como la alerta sísmica en México, explica Ortega; “es un sonido estridente y después se escuchaba la explosión, sentías la vibración en la habitación”.
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Jeniffer Ortega y su pareja lograron salir de Israel el domingo gracias a la aerolínea El Al Israel Airlines y al gobierno de Israel; “nos tuvimos que mover por nuestros propios medios (…) nos sentimos abandonados (de las autoridades mexicanas)”.
“El mismo sábado, en sus redes sociales postearon que debido a la situación de emergencia las personas que tuvieran vuelo de regreso podían adelantarlo mediante un número por WhatsApp.
“Llamé por teléfono, hora y media y no me contestaban; llamé más tarde y nada; para ese entonces mi esposo y yo decidimos que teníamos que salir temprano para el aeropuerto”.
Ortega narra cómo fue el traslado del lugar de su hospedaje al Aeropuerto Internacional Ben Gurión, el cual hicieron en un vehículo: “cuando íbamos hacia Tel Aviv ya empezaban a haber retenes del Ejército”, recuerda.
“Nos ayudaron, nos reprogramaron el vuelo y salimos hacia Roma (…) la aerolínea no cobró por el cambio de vuelo ni fecha”.
Pese al retraso de una hora y media en su vuelo, a las 19:30 horas, Jeniffer Ortega y su esposo lograron despegar de Israel con destino a Italia.
“Gracias a la gente maravillosa, judíos, musulmanes y cristianos que viven en esas tierras, gracias a ellos y al apoyo de ellos, pudimos regresar a Roma”.
Ortega recordó que en el aeropuerto habilitaron refugios contra los misiles, los cuales están junto a los baños; "son habitaciones sin ventanas, es para resguardarte en caso de que en una explosión los vidrios no te dañen.
"Son como los salones de eventos en los hoteles, por lo regular no tienen ventanas, son así".
JLMR