Vladimir Putin, que se reunirá con Donald Trump en Alaska el 15 de agosto para discutir la guerra en Ucrania, ha mantenido relaciones turbulentas con los cinco presidentes estadunidenses con los que ha tratado tras su llegada al poder a finales de 1999.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha llevado a cabo un acercamiento sin precedentes con el mandatario ruso, en un intento por poner fin al conflicto con Kiev al tiempo que afirma querer mantener la presión sobre Moscú.
Bill Clinton: el peso de Kosovo
Si bien las relaciones entre el entonces presidente ruso, Boris Yeltsin, y su homólogo estadunidense, Bill Clinton, eran cordiales, la guerra de Kosovo empañó la luna de miel posterior a la Guerra Fría.
Desde la dimisión de Yeltsin el 31 de diciembre de 1999, Washington desconfía de su delfín, Putin. Es "un hombre duro (...) muy decidido, orientado a la acción", dijo por esos días quien era la encargada de la diplomacia estadunidense, Madeleine Albright. "Tendremos que vigilar sus acciones con mucha atención".
Sin embargo, durante la primera cumbre Clinton-Putin en junio de 2000, el estadunidense elogió en público a un presidente capaz de construir una Rusia "próspera y fuerte, protegiendo al mismo tiempo las libertades y el Estado de derecho".
George W. Bush: de la camaradería a la desconfianza
Tras su primer encuentro, el 16 de junio de 2001, George W. Bush afirmó haber mirado al presidente ruso a los ojos: "Pude percibir su alma: la de un hombre profundamente dedicado a su país (...) Lo considero un líder extraordinario".
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Putin, que había iniciado la segunda guerra de Chechenia, ofreció inmediatamente al presidente Bush su solidaridad en la "guerra contra el terrorismo".
Pero en diciembre de 2001, Washington se retiró del tratado antibalístico ABM de 1972 para crear un escudo antimisiles en Europa oriental, criticado por Moscú.
En 2003, Rusia también condenó la invasión estadunidense de Irak y, un año más tarde, denunció la influencia de Washington en la "revolución naranja" de Ucrania.
Barack Obama: un "reinicio" fallido
En 2009, el presidente Barack Obama lanzó un "reinicio" de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Un año antes, Putin se había convertido en primer ministro de Dmitri Medvédev, su hombre de confianza.
"Lo que me interesa es tratar directamente con mi homólogo, el presidente, y tender la mano al primer ministro Putin", declaró el entonces mandatario estadunidense en Moscú durante su primera visita a Rusia en julio de 2009.
A pesar de los éxitos iniciales, como la firma en 2010 de un nuevo tratado de desarme nuclear, el intento fracasó.
En agosto de 2013, Moscú concedió asilo político al fugitivo estadunidense Edward Snowden. Pocos días después, Obama, lamentando el retorno a "una mentalidad de Guerra Fría", canceló una cumbre con Putin, quien ya había vuelto a ser presidente.
La anexión rusa de Crimea en 2014 y las sanciones económicas decretadas contra Moscú, seguidas de la intervención de Rusia en Siria en 2015, lastraron aún más las relaciones bilaterales.
Donald Trump: el fantasma del "caso ruso"
En su primera campaña presidencial, Donald Trump prometió restablecer las buenas relaciones con Rusia. Tras su elección, se vio lastrado por las acusaciones de injerencia rusa en los comicios.
"El presidente Putin acaba de decir que no fue Rusia (...). Y no veo por qué habría de serlo", aseguró a pesar de las conclusiones del FBI en una conferencia de prensa en julio de 2018 con Putin.
Ante la polémica que sacudió incluso a su propio bando republicano, afirmó haberse expresado mal.
"Me gusta Putin, él me aprecia. Nos llevamos bien", volvió a decir en septiembre de 2020 durante un discurso de campaña.
Joe Biden: Ucrania e insultos
La relación entre Joe Biden y Putin se anunciaba tensa. Incluso antes de que el estadunidense asumiera el cargo, el ruso calificó a su futura administración de "rusófoba".
La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 marca un punto de no retorno.
Biden rompió inmediatamente los contactos y se posicionó del lado de Ucrania. Washington proporcionó bajo su mandato cerca de 70 mil millones de dólares en ayuda militar a Kiev.
El presidente estadunidense no escatimó en calificativos hacia su homólogo, al que tildó sucesivamente de "asesino", "criminal de guerra" o "tirano".
SNGZ