El río Colorado es uno de los más poderosos afluentes en Estados Unidos, su caudal soporta más de 40 millones de personas y una próspera industria agrícola en los valles de de Coachella e Imperial en California; sus aguas escurren a México, y abastecen al Valle de Mexicali, así como tres módulos en Sonora y Baja California, pero una sequía que se ha prolongado desde el año 2000, ha llevado a las presas a sus niveles más críticos en su historia, poniendo en riesgo la operación de las presas del sistema y con ello el abastecimiento de todos los usos en ambos países.
“Desde el año 2000 se empezó a registrar una sequía en la cuenca del Río Colorado, esta sequía fue bajando los niveles de los principales almacenamientos del sistema que están en la parte de Estados Unidos, la presa Hoover y la presa Glen Canyon. Como esta sequía ha sido sostenida por 22 años y ya estamos en el año 23, hay un riesgo de que los niveles lleguen a un nivel crítico en el que ya no pueda entregarse agua”, advirtió Adriana Reséndez Maldonado, titular de la Sección Mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos (CILA), en entrevista con MILENIO.
La CILA destaca que la actual sequía es la peor de los 114 años de historia registrados y una de las peores de los últimos mil 200 años, con un almacenamiento total –al corte de marzo 2023 – en las presas Hoover (Lago Mead) y Glen Canyon (Lago Powell) de 15 mil 295 millones de metros cúbicos, el 24.6 por ciento de su capacidad, el nivel más bajo.
A través del Tratado de 1944, a México se le asigna un volumen de 1, 850 millones de metros cúbicos al año del Río Colorado, pero también establece que en los casos de sequía extraordinaria, el volumen de las entregas se reducirán de forma proporcional entre ambos países, y se pueden recuperar cuando mejoren las condiciones, explicó Adriana Reséndez.
Así que para este 2023, la asignación de México se redujo en 86 millones de metros cúbicos (Mm3) sumado a una contribución de 42 Mm3 de ahorro de agua recuperable bajo el Plan Binacional de Contingencia ante la Escasez de Agua (PBCEA), con lo cual, las entregas a México registran una disminución total de 128 Mm3. Mientras que los usuarios de la cuenca baja en Estados Unidos tienen una reducción de 514 Mm3 y un ahorro de agua recuperable de 247 Mm3, con lo que las entregas a los usuarios de la Cuenca Baja en Estados Unidos registraron una disminución total de 761 Mm3.
De tal forma, en 2023, las entregas de agua del Río Colorado se redujeron en un total de en 2023, lo cual representa el 8% de la asignación total normal a los usuarios de la Cuenca Baja en Estados Unidos y México, pero las autoridades de la CILA prevén que los recortes irán incrementando los próximos años.
El Acta 323 firmada por la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos (CILA) establece que ambos países deben reducir el uso de su asignación anual de aguas del Río Colorado cuando se proyecte que al 1 de enero, la elevación del Lago Mead (Presa Hoover) será igual o inferior a una elevación de 1,075 pies, es decir, al 37 por ciento de su nivel. Para enero del 2022, la elevación se colocó en los 1, 065 pies, el 34%; para enero de este 2023, bajó a los 1,045 pies, el 28 por ciento de su capacidad. El pronóstico para enero de 2024 es que el nivel descenderá al 25% y para enero de 2025, al 21 por ciento, por lo que se prevén más recortes, ya que “su capacidad normal debería andar en una elevación de 1,213 pies”.
“Este año se tiene un recorte de 128 millones de metros cúbicos: 86 millones es un volumen de recorte y 42 millones son de ahorros conforme al plan de contingencia contra la escasez de agua; el año pasado el recorte fue de 99 millones de metros cúbicos: 62 de recorte y 37 de ahorros. Las asignaciones de agua dependen de la capa de nieve (en las Rocallosas) y de los escurrimientos que se presenten en la cuenca, lo que se tiene hasta ahorita es que lleguemos a un nivel de recorte de 180 millones de metros cúbicos, pero esto se define hasta agosto”, explicó José de Jesús Luévano, secretario de la Sección Mexicana de la CILA.
La comisionada Adriana Reséndez destacó que de no haber reducido las entregas, “las presas ya estarían en un nivel de colapso, porque en Estados Unidos se aplicó un volumen de recorte más alto, e implementaron varias acciones para evitar que la presa bajaran tanto que ya no fuera posible extraer el agua; en Estados Unidos se descargaron volúmenes adicionales a las presas que están en la cuenca alta, al lago Powell que es donde está la presa Glen Canyon y además, se retuvo un volumen para evitar el colapso de esta presa”.
Asimismo, el ingeniero Luévano explicó que en la unión americana se tomaron acciones adicionales como el descanso de tierras, donde se les pagó los agricultores para que no sembraran “y esas aguas que no se utilizaron se quedaron almacenadas en las presas del sistema, eso ayudó a evitar que hubiera este colapso, porque hay una gran incertidumbre de cómo podría operarse el sistema con niveles ya más bajos de los que estamos teniendo ahora”.
“Nunca en la historia habían presentado este tipo de situaciones, hay mucha incertidumbre de cómo podrían operar las presas en condiciones tan bajas, es decir si se podría extraer el agua, qué volúmenes se podrían extraer, y cómo se afectaría la generación de electricidad, hay una serie de condiciones que no se tiene la certeza de cómo se manejaría con almacenamientos tan bajos en las presas que no se habían tenido nunca antes y lo que se busca es evitar llegar a esas situaciones críticas”.
El río Colorado nace en las Montañas Rocallosas en Colorado, Estados Unidos, fluye en dirección suroeste por los estados de Colorado, Utah, Arizona, Nevada y California. En México tiene un tramo internacional de 30 kilómetros –que es la frontera entre Baja California y Arizona– sigue su camino por Baja California y Sonora en nuestro país, desembocando en el Golfo de California.
De acuerdo con Reséndez Maldonado, el estiaje crítico que se vive es debido a “todos los usuarios de la cuenca baja, han estado utilizando ya su asignación tanto México como los Estados; y además el escurrimiento natural es más bajo de lo que se tenía registrado, más la condición de cambio climático, más temperatura menos capa de nieve, es lo que se está presentando”, indicó.
La comisionada explicó que a diferencia de las presas en México que dependen de la temporada de lluvias para llenarse, las presas del río Colorado dependen del escurrimiento del deshielo de la capa de nieve de las Montañas Rocallosas.
Así que la CILA destaca que las condiciones del sistema continúan deteriorándose, y anticipa que seguirá así hasta que inicien los deshielos en esta primavera, mismos que a pesar de que actualmente tiene una capa de nieve con un 30% por encima del promedio, se pronostica que los escurrimientos que se generen no sean proporcionales considerando el comportamiento de los últimos años.
“No necesariamente toda la capa de nieve se refleja en escurrimientos, porque a veces vienen vientos cálidos de la primavera y evaporan la nieve, y ya no alcanza a derretirla para que esto se convierta en agua que fluya a las presas”, añadió el ingeniero Luévano.
Ante el panorama desolador, la CILA ha insistido en la importancia de implementar proyectos de modernización y tecnificación para el uso eficiente del agua, así como continuar explorando potenciales proyectos de nuevas fuentes de agua, por lo que se estarán realizando reuniones para explorar de manera conjunta “acciones específicas que permitan hacer frente a esta situación de escasez y asegurar, por lo menos, los abastecimientos mínimos de agua que dependen de las aguas del Río Colorado”.
De acuerdo con el secretario de la sección mexicana de la CILA, es la Comisión Nacional del Agua (Conagua) la que debe definir qué acciones se deben adoptar para proteger a los usuarios en México.
“Lo que sí estamos observando es de que la hidrología que existía en el río Colorado a mediados del siglo pasado, ya no existe más y tenemos que prepararnos para enfrentar un futuro quizá con menos agua pero teniendo buscando tener la misma productividad con menor agua, para eso tenemos que hacer reconversión de cultivos, tecnificación, una serie de obras que permitan la modernización del distrito de riego y ahí es donde hemos estado trabajando conjuntamente con la Conagua”, apuntó.
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