La tragedia del tráiler de la muerte en San Antonio convocó a organizaciones civiles que durante una vigilia, recordaron a los 51 migrantes fallecidos. En el parque Pearshall, a menos de 5 kilómetros de donde fue hallado el vehículo de carga, acusaron que lo ocurrido ahí fue un múltiple homicidio y no un accidente.
A 24 horas de la tragedia en la calle Quintana, miembros de distintas agrupaciones, denunciaron que la criminalización de la migración ha provocado este tipo de hechos.
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Se reunieron cerca de las 19:00 horas en el parque, donde colocaron algunas flores y velas en memoria de los fallecidos y aquellos que fueron rescatados con vida y se encuentran hospitalizados, muchos de ellos en grave estado de salud.
Después de la ola de calor que azotó a esta región del sur de Texas y que fue una de las causas de la muerte de los migrantes mexicanos y centroamericanos, hoy la intensa lluvia impidió que la convocatoria a esta vigilia fuera más amplia. Fue un breve espacio que sirvió, sin embargo, de catarsis para algunos migrantes que ya radican en Estados Unidos y que sufrieron alguna vez el drama que encerró la caja del tráiler rojo con blanco.
También, improvisaron un pequeño memorial en el sitio donde fue hallado el tráiler. Llevaron flores y velas en recuerdo de los 51 migrantes fallecidos, cerca de unas vías del tren en la calle Quintana y la intersección con la vía estatal 35.
El lunes, cerca de las 17:00 horas, un trabajador que se encontraba en la zona escuchó gritos de auxilio y llamó al 911. La policía halló un cuerpo tendido sobre la vía, cerca del tráiler donde había gente muerta y algunos sobrevivientes que no podían salir por su propio pie, ante la debilidad por la severa deshidratación en la que se encontraban.
Tras confirmar la muerte de 46 personas, aquellos que aún permanecían con vida, fueron llevados a hospitales. Cinco más fallecieron por la madrugada y la cifra se elevó a 51; de ellos, 27 eran mexicanos.
Sobre la vía donde fue hallado el tráiler fue colocada una ofrenda floral y dos cruces. En la zona, que ya no está resguardada por la policía, sólo hay guantes utilizados por los rescatistas, así como algunas prendas de los migrantes que estuvieron un tiempo aún indeterminado al interior del vehículo de carga.
Esta avenida corre a la par de las vías del tren que conecta con el norte del estado y del país y que también es utilizado para el tráfico de personas.
Hasta este punto llegó Lorena, una migrante guatemalteca que recordó que hace más de 20 años también iba a bordo de un tráiler que afortunadamente tuvo mejor suerte. Con lágrimas en los ojos recuerda que viajó varias horas hacinada, sin agua ni comida y la respiración también se le dificultaba. Ayer, llegó con un par de cruces de palma que colocó a la orilla de la vía que fue testigo de la trágica muerte de 46 migrantes y el rescate con vida de al menos 19 más.
"No lo volvería a hacer, asegura Lorena, quien hoy lloró la mayor tragedia migrante de que se tenga registro en Estados Unidos".
FS