Alimentación adecuada cambia la vida de los grupos vulnerables

Contribución. La historia de un migrante lituano que huyó de la crueldad de la Segunda Guerra Mundial y se instaló en México da sustento a la inversión social de Corporativo Kosmos a través de su fundación.

Niñas, niños y jóvenes son los principales beneficiarios de los apoyos. (Claudia Aréchiga)
Diana Martínez
Ciudad de México /

Cerca de 9 mil colaboradores son capaces de movilizar 800 toneladas de alimentos diarios en la empresa de servicios de alimentación más grande del país: Corporativo Kosmos.

En su crecimiento, a lo largo de 55 años, ha buscado “garantizar un presente próspero y un futuro sustentable” y por ello desarrolló una plataforma basada en los ejes social, ambiental y económico con los que contribuye al desarrollo de las comunidades, colaboradores y el medio ambiente.

Para concentrar los esfuerzos sociales Corporativo Kosmos constituyó hace cuatro años la Fundación Pablo Landsmanas, en la que se aprovecha toda la infraestructura, capital humano y capacidades de la empresa para el beneficio de grupos vulnerables.

HISTORIA DE MIGRACIÓN

Pablo Landsmanas nació en 1918 en Lituania y muy joven, durante la Segunda Guerra Mundial, fue reclutado por el Ejército Rojo. Fue herido al pisar una mina y al regresar a su ciudad natal descubrió que su familia había sido asesinada en los campos de exterminio nazi.

En 1959 llegó a México a comenzar una nueva vida y establece su primer negocio con la carnicería La Modelo, el inicio de Corporativo Kosmos, que hoy en día es una de las empresas mexicanas más grandes en servicios de alimentación.

“Los esfuerzos filantrópicos de la empresa, y en particular de sus dueños, Elías y Jorge Landsmanas Dymensztejn y Jack Landsmanas Stern, se remontan a los primeros tiempos. Era frecuente que la mayor parte de los apoyos otorgados no se diera a conocer más allá de los involucrados directamente”, indicó Isaac Zagorin, director ejecutivo de administración de la compañía.

El grupo brindó apoyo con la donación de alimentos, intervenciones médicas y la capacitación de personas privadas de su libertad en penales estatales y federales. Al morir, siguió su legado a través de la fundación que lleva su nombre, la cual fue constituida formalmente como asociación civil en 2016.

Actualmente, la fundación se dedica al apoyo a mujeres víctimas de trata; niñas, niños y jóvenes de escasos recursos, la recuperación de personas que padecen alcoholismo y adultas mayores en abandono, entre otros.

EN CIFRAS

  • 3,000 familias mexicanas han recibido algún apoyo de parte de la fundación con el fin de que mejoren su calidad de vida.
  • 5 millones de alimentos de calidad han sido entregados al año a grupos vulnerables, principalmente a niños y jóvenes a través de otras organizaciones.
  • 10 años de entregar apoyos a asociaciones y fundaciones en los que ha donado desde alimentos hasta intervenciones quirúrgicas.

¿CÓMO AYUDA?

En alimentación, actúa como asociación de segundo piso, es decir, se acerca a otras organizaciones de la sociedad civil, analiza sus necesidades, realiza los menús y, con la ayuda de colaboradores de Corporativo Kosmos, entrega los insumos para que preparen sus alimentos: desde abarrotes, verduras y frutas hasta proteínas como carne, pescado y pollo.

e acuerdo con el director ejecutivo de Kosmos, la empresa soporta a la fundación en sus requerimientos, con temas administrativos y financieros, con capital humano y con las áreas operativas, aprovechando la infraestructura y capacidades del grupo.

“Lo que hace el grupo realmente lo hace como un trabajo de donación a la fundación en términos logísticos. Todas esas manos que participan en la entrega de víveres, en la selección, en que verifiquen que los víveres sean de primera calidad, y estamos en permanente crecimiento”, dijo Patricia Flores, presidenta de la fundación.

NUEVAS PERSPECTIVAS

Danna vive desde los siete años en la Casa Hogar Florecer en la Ciudad de México. El trabajo como vendedora informal de su mamá —único sustento de la familia— hace que la pequeña permanezca en la estancia de domingo a viernes junto con sus tres hermanos.

Ahora tiene 13 años, estudia primero de secundaria y presume orgullosa sus nueves y dieces en la boleta y eso la inspira: “lo que más me gusta es que tengo la oportunidad de ir a una secundaria privada, me gustaría estudiar Derecho”.

Ella es parte de la población atendida por la Fundación Pablo Landsmanas con alimentación diaria en el desayuno, comida y cena. A lo largo de su historia, la asociación civil ha donado más de 5 millones de alimentos al año que, si se cuentan en beneficiarios, equivale a llenar más de 57 veces el Estadio Azteca.

En salud han generado programas de apoyo a otras organizaciones, por ejemplo Salvando Vidas, con la donación de operaciones quirúrgicas a niños que nacieron con paladar hendido o con alguna cardiopatía. En educación, impulsan el desarrollo de las personas a través de fundaciones de enseñanza.

Otro proyecto es la capacitación con actividad productiva para personas privadas de su libertad en penales. Los beneficiarios reciben pago, la reducción de un día de condena por día laborado y la certificación en Manejo higiénico de alimentos de la SEP.

La presidenta de la fundación, Patricia Flores, concluyó que ayudar es una cuestión personal, aunque sea empresarialmente hablando; “se debe dar y hacer porque te nace hacerlo y no porque necesites cuantificarlo o estar en las estadísticas”.

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