El incremento de 20 por ciento al salario mínimo, que se aplica a partir de hoy, implicará para las pequeñas y medianas empresas un mayor reto para crecer y permanecer en la formalidad, debido a que a diferencia de las grandes industrias, operan con menores escalas productivas, ingresos y utilidades, advirtió Sofía Ramírez Aguilar, directora general de México, ¿Cómo Vamos?
“El aumento en los costos laborales no es parejo; mientras que para las grandes significa un 2.1 por ciento”, según análisis del IMCO, “para las pequeñas y medianas será de alrededor de 10.3 por ciento, lo que limitaría su potencial enlace con cadenas de valor, generación de empleo formal y crecimiento”.
Ramírez Aguilar precisó que “sin duda esa retabulación salarial es un acto de justicia para proteger a los trabajadores de menores ingresos, pero la medida debe ser acompañada de políticas de desarrollo para ese sector”, subrayó en entrevista con MILENIO.
En las pymes, explicó, la informalidad es de apenas 15 por ciento; en cambio, “concentran 30 por ciento del empleo formal y contribuyen con un tercio del valor agregado a la economía.
Apuntó que en los micro negocios el alza salarial no tendrá la misma repercusión, pues 65 por ciento opera en la informalidad “y permanecerá en esa situación o incluso aumentará su participación informal ante los costos de afiliarse al IMSS o la carga fiscal adicional”.
La directiva de la organización que reúne a científicos y economistas para analizar alternativas de desarrollo, insistió en que los costos laborales deben ser distributivos vía prerrogativas para las más débiles y en crecimiento.
Esto debido a que la productividad de las grandes es cinco veces mayor que las medianas; mientras que las micro, aunque son 95 por ciento del total de empresas, solo aportan 15 por ciento del valor agregado.
Informalidad, el pendiente
Aunque el desempleo descendió de manera importante, Sofía Ramírez indicó que la tasa de informalidad continúa como un enorme reto que involucra a 55 de cada cien mexicanos.
Ramírez Aguilar consideró que el aumento de 20 por ciento al salario mínimo que a partir del primero de enero pasa de 207.44 a 248.93 pesos diarios, es una medida correcta que beneficia a 8.9 millones de trabajadores, pero aclaró que aunado a esa decisión, no se debe perder de vista la formalización del empleo como garantía de mejor calidad de vida.
También señaló como un reto el impulso al crecimiento económico que permita a las pymes consolidarse o crecer para fortalecer el poder adquisitivo de toda su fuerza laboral.
Por su parte, Rodrigo Aliphat, director de la División de Estudios del Desarrollo del CIDE, consideró que el incremento al mínimo es resultado de mayor productividad laboral, que en el último trimestre creció 5 por ciento, particularmente en la industria manufacturera ubicada en la frontera norte, donde el mínimo sube hoy de 312.41 a 374.89 pesos cada día.
“Lo innegable es que la economía mexicana está creciendo a tasas superiores a tres por ciento y que cada vez hay mayor demanda de productos que significan para las empresas mayor ganancia y crecimiento”, dijo.
Sin embargo, explicó que persiste el reto de integrar a más micros y pequeñas empresas a las cadenas de valor bajo una política industrial “que permita que dejen de depender de sus ingresos de última hora y puedan hacer una planeación del gasto a más largo plazo que evite que desaparezcan o se trasladen a la informalidad”.
El académico precisó que aunque el alza salarial represente a las mipymes un aumento en sus costos, lo cierto es que con la ola de inversiones y mayor oferta de proveeduría, muchas ya están ancladas a las grandes empresas que les ha significado mayor producción y ganancias.
No obstante, dijo, el riesgo de mortandad siempre está presente a falta de un plan estratégico, la ineficiencia en sus procesos o la falta de financiamiento que son temas que deben estar en la agenda de crecimiento industrial.
Rodrigo Aliphat señaló que ha quedado demostrado que un aumento al salario mínimo no afecta al empleo y menos cuando el país está captando cuantiosas inversiones.
Además, explicó, el pago de mejores remuneraciones impacta directamente en el consumo y éste a su vez representa crecimiento y mayores oportunidades de empleo, por lo que la medida que se aplicará el próximo primero de enero es acertada para continuar con la expansión de la economía.