La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) prevé que la Iniciativa de Reforma Constitucional en materia energética, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, al no promover energías renovables, traiga consigo “represalias comerciales” a las exportaciones del país.
A través de un posicionamiento del organismo por dicha iniciativa, precisó que estas represalias podrían ser impuestos al carbono a manufacturas, lo que terminaría haciendo menos atractivo a México como destino de inversiones y afectado la generación de empleos.
Aunado a lo anterior, destacó que la iniciativa puede resultar impactando en los compromisos internacionales suscritos por México, en acuerdos como el T-MEC y el Acuerdo de París, al no promover energías renovables.
“La apuesta por energías menos limpias y más caras impactaría negativamente en la competitividad de México, lo cual podría desincentivar inversiones futuras y redirigirlas a otros países”, añadió.
José Zozaya, presidente del organismo, resaltó que considera se encontrará la manera de atender las áreas de oportunidad del sector eléctrico sin afectar otros sectores industriales.
“La industria automotriz está interesada en contar con un Sistema Eléctrico Nacional transparente, eficiente, competitivo y progresivamente más sustentable. Estamos seguros de que todos los actores involucrados tienen el mismo interés de generar mejores condiciones para la inversión futura en México y los mexicanos”, sostuvo.
La AMIA indicó que sus empresas afiliadas externaron sus preocupaciones en lo que concierne a la reforma energética, en donde resalta que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pudiera no tener el financiamiento disponible, ni infraestructura y generación de energía eléctrica limpia, que le permita atender el incremento en la demanda en el futuro cercano, pues la propuesta contempla que esta empresa productiva del estado generará por lo menos el 54 por ciento de energía.
Añadió que considerando la capacidad limitada de fuentes renovables con las que cuenta la CFE, se estima que, para alcanzar dicha proporción en la generación de electricidad, tendría que usar combustibles fósiles, lo cual podría resultar en un incremento en el costo de la electricidad de hasta 31 por ciento.
“Además, esto podría tener un impacto negativo en la promoción de fuentes de generación de energías renovables y un incremento estimado en las emisiones de bióxido de carbono del 32 por ciento”, agregó.
srgs