El presidente, Andrés Manuel López Obrador, descartó proponer a Alejandro Díaz de León para un nuevo periodo en el Banco de México (Banxico) y adelantó que buscará, según lo establece la Constitución, a un economista con dimensión social.
"Va a ser un economista con dimensión social partidario de la economía moral", expresó.
Durante su conferencia matutina, el Presidente detalló que dicho economista es un profesional con prestigio y que va a cumplir con los requisitos en cuanto a tener experiencia en materia económica y financiera, así como el haber trabajado en áreas relacionadas con el manejo de las finanzas.
"Se va a cumplir con el requisito, pero se termina el periodo del presidente (gobernador actual) del Banco de México, de acuerdo a la Constitución y la ley, corresponde al titular del Ejecutivo enviar al Senado la propuesta y lo voy a hacer", sostuvo.
Ayer, López Obrador dijo que el gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, es muy cercano a funcionarios del sexenio de Enrique Peña Nieto, como Luis Videgaray y José Antonio Meade, y cuestionó sobre cómo se trabaja con las reservas del país y cuánto se cobra por su manejo.
De acuerdo con el Banxico, el párrafo séptimo del artículo 28 constitucional buscar garantizar una mayor efectividad del ejercicio autónomo de sus funciones, por lo que "la conducción del Banco de
México estará a cargo de personas que serán designadas por el Presidente de la República con la aprobación de la Cámara de Senadores o, cuando ésta se encuentre en receso, de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión".
Díaz de León, cercano a Luis Videgaray
El anuncio se da tras una serie de señalamientos del Presidente sobre la actuación del Banxico frente a la inflación, el manejo de las reservas internacionales del país y la falta de remanente de la operación del banco central en 2020. Además advirtió que Alejandro Díaz de León es muy cercano a funcionarios del sexenio de Enrique Peña Nieto, como Luis Videgaray y José Antonio Meade.
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El pasado miércoles, el Presidente reclamó que contrario a lo que sucedía en otras administraciones, este año no hubo remanente de operación del Banxico -saldo que resulta de los ingresos derivados de la revaluación de las reservas internacionales y de las diferencias entre los intereses que paga y los que cobra el banco central a los intermediarios financieros- y que si hubiera existido, una parte de ese remanente pudo haber ayudado para las vacunas contra el covid-19.
Por ley, 70 por ciento del remanente debe utilizarse para la amortización de la deuda pública y 30 por ciento destinarse al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP).
Sin embargo, el pasado 23 de abril el banco central informó que en el ejercicio 2020 no fue posible asignar recursos a la reserva de revaluación de activos, ni resultó un remanente de operación debido a que durante todo el año se presentaron importantes fluctuaciones del tipo de cambio.
Explicó que las reservas de capital alcanzaron su máximo nivel del año en los estados financieros al 30 de abril, cuando el tipo de cambio FIX se ubicó en 23.9283 pesos por dólar, no obstante, hacia el cierre de año se registró una apreciación significativa hasta llegar a 19.9087 pesos por dólar al 31 de diciembre. Esto, señaló, redujo el valor en moneda nacional de los activos internacionales incluidos en el balance del Banxico, así como el de una amplia gama de pasivos denominados en moneda extranjera, tanto del sector público, como privado.
Frente a los señalamientos del Presidente, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, consideró que aunque pequeño, sí pudo haber existido un remanente, pero el banco central decidió darle otro uso.
“Sí hubo utilidades, lo que cambió es la forma en la que se utilizan esas utilidades, se está generando reserva técnica, se están cubriendo las pérdidas y después es que se determina cuáles son los remanentes, pero el remanente no es toda la utilidad”, dijo en una entrevista radiofónica.
“Sí hubo utilidad, pero de acuerdo con los criterios que aplicaron, no hay remanentes. Es dejar claro cómo se llega esa cantidad, es de aritmética, se suma y se resta, y si se hace esa aclaración esta discusión va quedar saldada de aquí al futuro y cualquier mexicano podrá calcular, si es que fuera de su interés, cuáles son los remanentes”, añadió el funcionario.
Trayectoria de Alejandro Díaz de León
Alejandro Díaz de León tomó las riendas del Banxico en diciembre de 2017 en sustitución de Agustín Carstens, quien dejó la institución para comandar el Banco Internacional de Pagos (BIS, por su sigla en inglés).
El nombramiento lo hizo el entonces presidente Enrique Peña Nieto. Con una amplia trayectoria en el sector financiero, Díaz de León ya era subgobernador de la institución desde enero de ese año.
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Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), de donde se graduó con mención honorífica y recibió el Premio Miguel Palacios Macedo por excelencia académica, también obtuvo la maestría en Administración Pública y Privada de la Escuela de Administración de Yale, especializándose en ingeniería financiera y en valuación de instrumentos derivados y de renta fija.
Previo a asumir la gubernatura del banco central trabajó durante 16 años en distintas áreas del organismo, también fue vocal ejecutivo del fondo nacional de pensiones de los trabajadores al servicio del estado (Pensionisste) y director general del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext).
Apenas en marzo de este año fue reconocido como banquero del año por la publicación Central Banking porque “ha defendido la autoridad, integridad e independencia del Banco de México frente a importantes presiones externas e internas”.
MRA/lvm