Aunque una recesión sería un escenario muy negativo para México, dado que afectaría variables como empleo y pobreza, el mayor riesgo sería uno en el que Estados Unidos impone aranceles al país, dado que el crecimiento y la recuperación se han dado gracias al dinamismo de las exportaciones, donde más de 80 por ciento se destina a la Unión Americana, advirtió Banco BASE.
En la videoconferencia “Perspectivas Económicas”, la directora de análisis económico-financiero de Banco BASE, Gabriela Siller, recordó que Estados Unidos llamó a México a un periodo de consultas con base en el T-MEC, argumentando que la política energética nacional daña las inversiones estadunidenses. Estas consultas pueden convertirse en paneles y si el panel resuelve a favor de Estados Unidos, para México implicaría pagar multas o sanciones por parte de sus socios comerciales.
Explicó que las sanciones pueden tomar forma de arancel o de barreras no arancelarias. Si los aranceles a productos mexicanos son entre 5 y 10 por ciento, subiría el tipo de cambio hacia 21.8 o 22 pesos por dólar. Con esto las exportaciones no se verían afectadas, pero se generaría mayor incertidumbre, lo que a su vez impactaría en la inversión extranjera directa y eso retrasaría la recuperación económica, saldrían más capitales y disminuiría la calificación crediticia de México.
“Aranceles afectarían más que una recesión porque son de más largo plazo. Aranceles hasta de 10 por ciento no afectarían tanto a la economía mexicana. Un arancel de cinco por ciento sería visto como una medida política en Estados Unidos, pero esto se trasladaría a incrementos en el tipo de cambio, éstos tendrán su efecto en la inflación, entre mayores sean los aranceles, mayor será el tipo de cambio y el Banco de México tendrá que subir su tasa de interés. Aranceles por arriba de 15 por ciento sería algo mucho más durable que una recesión”, apuntó la directiva.
Bajo un escenario de aranceles de 15 por ciento, la economía mexicana podría caer 1.5 por ciento en 2023 y no tendría capacidad de recuperarse rápidamente, a menos que el tipo de cambio suba a 23.50 pesos por dólar, pues esto podría incentivar las exportaciones, pero ello implicaría presiones para la inflación y tasas de interés más altas.
En un escenario muy pesimista, agregó Siller, con aranceles de 25 por ciento, sería equivalente a sacar a México del T-MEC y con eso el producto interno bruto caería alrededor de 3.5 por ciento el primer año, pero a diferencia de otras recesiones, tardaría varios años en recuperarse; además, este escenario implicaría pérdida del grado de inversión para la deuda soberana de México y fugas de capitales.
Incertidumbre
Otros riesgos para la economía mexicana radican, por el lado externo, en alza en precios de commodities por la guerra entre Rusia y Ucrania; el ciclo de alza de tasas de interés en Estados Unidos; una posible recesión en este país; y la política de cero covid-19 en China, con mayores disrupciones en cadenas de suministro a nivel global.
En el ámbito interno, los riesgo se relacionan con incertidumbre por las reformas aprobadas en ese sexenio que desincentivan la inversión; debilidad de la inversión pública y privada; incertidumbre por la sucesión presidencial en 2024; seguridad pública; y falta de recursos para conservar el estímulo a los combustibles, con el consecuente impacto en las finanzas públicas.
- Escenario central, crecimiento de 1.26 por ciento en 2022.
- En este contexto y en un escenario central, Banco BASE estima que la economía mexicana crecerá 1.6 por ciento en 2022 y 0.7 por ciento en 2023.
- Con estos datos, el crecimiento económico promedio en el sexenio sería de 0.29 por ciento, el menor en la historia.
LG