Con el fin de la pandemia de coronavirus a la vista por la efectividad de varias vacunas, las autoridades deben optar en estos momentos por dar apoyo a todos los negocios que vayan a ser viables una vez que se levanten las restricciones, así lo defendió la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.
“La perspectiva del final de la pandemia debe darnos confianza en que podemos guiar nuestras economías y sociedades al otro lado sin daños innecesarios”, señaló Lagarde durante su intervención en un foro virtual organizado por Naciones Unidas.
La presidenta del BCE recordó que los bancos centrales y autoridades de muchas jurisdicciones han actuado para capear la crisis y se mostró partidaria de mantener medidas de apoyo decididas para proteger “los negocios que sean viables una vez que se levanten las restricciones” y los “empleos que no tienen razones para ser destruidos”.
En ese sentido, recalcó que hay empresas que van a verse golpeadas y puestos de trabajo que van a desaparecer, pues el covid-19 va a dejar “cambios duraderos” en las economías.
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Según Lagarde, la pandemia “no va necesariamente a socavar nuestro potencial económico si actuamos con fuerza”, pero sí va a causar transformaciones importantes para las que hay que prepararse.
Así, destacó tres grandes desafíos de cara al mundo postcovid, empezando por el riesgo de un aumento de la desigualdad, con daños especialmente grandes para las mujeres y los jóvenes, una situación ante la que ve necesario centrar la atención en los grupos con menos ingresos.
Según insistió, no sólo es una política buena, sino también una postura económica inteligente, pues “un crecimiento inclusivo es la única forma de lograr un crecimiento económico sostenible”.
También avisó de la “aceleración irreversible” del proceso de digitalización de las economías, algo que “no va a reducir necesariamente los empleos, pero los va a reorganizar”.
Lagarde apuntó a estimaciones que dicen que la transición acelerada por la pandemia destruirá unos 85 millones de trabajos para 2025, pero también creará otros 97 millones de puestos nuevos.
“Eso es un desafío, incluso si el saldo es positivo”, advirtió la ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), que recordó que más del 60 por ciento de los empleos que había en 2018 no existían en 1940.
“Esto va a pasar otra vez y probablemente a un ritmo más acelerado que en el pasado. Esta transformación no va a ser un paseo, no va a ser fácil”, señaló Lagarde, para quien será necesario un entorno que premie la innovación, que tolere el fracaso, que use las posibilidades de las nuevas tecnologías de la forma más inclusiva posible y que se adapte a los nuevos empleos.
El tercer gran riesgo destacado por Lagarde es la coincidencia de la pandemia con un ímpetu renovado por construir economías más verdes, algo que a su juicio creará “perturbaciones a corto plazo”, pero que también ofrece una gran oportunidad para un modelo de crecimiento más inclusivo.
La intervención de Lagarde tuvo lugar en un foro organizado por el secretario general de la ONU, António Guterres, para discutir con expertos la transformación económica de cara al periodo posterior a la pandemia.
Además de la jefa del BCE, en la cita participaron entre otros el Nobel de Economía Paul Krugman, el exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis o la economista estadunidense de origen cubano Carmen Reinhardt.
srgs