Tampico y su zona de influencia tiene en el bajo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) su principal obstáculo para convertirse en una región altamente competitiva, aún cuando es uno de los territorios más seguros del país.
Así lo refleja el Índice de Competitividad Urbana (ICU) 2024 presentado este martes por el IMCO, que ubica a la región integrada por Tampico, Madero y Altamira Tamaulipas así como Pánuco y Pueblo Viejo Veracruz, como la sexta mejor calificada entre 18 ciudades o zonas con más de 500 mil y menos de un millón de habitantes.
Los subíndices bajo la lupa fueron: Innovación y Economía; Infraestructura; Mercado de trabajo; Derecho; Sociedad y Medio Ambiente; Sistema Político y Gobiernos, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, cuyo ICU retrata la capacidad de las ciudades para generar, atraer y retener talento e inversión.
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Tras evaluar las capacidades estructurales para maximizar la productividad y el bienestar de sus habitantes, determinó que Tampico tuvo el mejor subíndice de Derecho de su grupo, que comprende seguridad pública y jurídica, un ámbito estrechamente ligado a la calidad de vida de la población, pues previene y elimina aquellas amenazas a las libertades, el orden y la paz pública, salvaguardando la integridad física y los derechos humanos.
“Un Estado de Derecho funcional genera condiciones favorables para la atracción y retención de talento; considera variables como robo de vehículos, tasa de homicidios, percepción de seguridad y agresiones a periodistas”, detalló el organismo.
Sin embargo, en el subíndice de Innovación y Economía tuvo el lugar 58 de un total de 66 a nivel nacional, debido a su tasa del 2.1 de crecimiento real promedio del PIB de los últimos tres años, donde alcanzó una calificación “baja”, la única de todos los temas.
La importancia de este subíndice radica en que “las ciudades bien posicionadas atraen más talento, inversión y son propensas a una mayor generación de empleo y riqueza”. Además del crecimiento del PIB incluye variables como intensidad energética en la economía (KWh al año por cada millón de actividad económica), tamaño del mercado hipotecario (créditos por cada mil adultos), diversificación económica (número de sectores económicos presentes), ocupación hotelera (porcentaje de la oferta total), centros de investigación y patentes (por cada 100 mil de la población económicamente activa en ambos casos).
En ninguna de esas variables tuvo buena calificación, sumando cuatro “media baja”, dos “media alta” y una “baja”. Por otra parte, en el resto de los subíndices obtuvo “media baja” en costo de la electricidad, residuos sólidos, informalidad laboral, cobertura educativa, hogares con computadora e internet, uso de servicios financieros, mortalidad infantil, densidad poblacional, ingresos propios y brecha de ingresos por género.
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SJHN