El Banco Mundial anticipa que la desaceleración económica continuará en México, en un contexto donde la región de América Latina y el Caribe ingresó en una nueva etapa de bajo desempeño económico y las perspectivas son poco alentadoras.
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Sin embargo, considera que los acuerdos México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y UE-Mercosur, negociados en el transcurso del último año, representan oportunidades hacia una mayor integración comercial. y pueden tener efectos positivos considerables sobre el crecimiento.
De acuerdo con el resumen ejecutivo del informe ¿La integración comercial como vía hacia el desarrollo?, el Producto Interno Bruto (PIB) de la región de América Latina y el Caribe (excluyendo Venezuela) crecerá 0.8 por ciento en 2019 y 1.8 por ciento en 2020.
El Banco Mundial explicó que las perspectivas a corto y mediano plazo nos son particularmente alentadoras, pues el nivel de las exportaciones ha sido relativamente bajo y el reducido espacio fiscal deja poco margen para estimular la demanda interna.
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Abundó en que la recesión argentina se profundizará antes de que comience la recuperación, mientras que se espera que continúe la desaceleración en México. Así mismo, un freno en la economía mundial podría hacer que estas perspectivas se deterioren aún más.
El organismo internacional destacó que las tensiones comerciales hasta ahora han beneficiado a varios países de la región; por ejemplo, México superó a China como el principal socio comercial de Estados Unidos y en China, Brasil le está quitando cuota de mercado a los exportadores de soja estadunidenses.
Es así que los acuerdos T-MEC y UE-Mercosur pueden tener un efecto global positivo considerable sobre el crecimiento, ya que, en línea con las ventajas comparativas de los países respectivos, la producción intensiva en mano de obra calificada probablemente aumente en México, así como la producción ganadera y de soja en los países del Mercosur.
Sin embargo, dijo el Banco Mundial, el alcance de la reestructuración sectorial será limitado; de hecho la participación de los sectores agropecuario y manufacturero se mantendrá prácticamente sin variaciones y el principal beneficio económico vendrá del aumento previsto de la complejidad económica, dado que estos nuevos acuerdos “profundos” implican un mayor nivel de competencia interna y estándares más elevados.
GGA