A diferencia de procesos electorales anteriores, el sector de las artes gráficas en la entidad registra un incremento de operaciones de apenas 20 por ciento para la realización de publicidad impresa, campañas o promocionales a los distintos candidatos. Este año se está imprimiendo apenas una quinta parte que lo registrado hace tres, incluso, desde el inicio de la pandemia a la fecha el sector ha recortado al menos 50 por ciento de su personal.
“Hay un ligero repunte y nada que ver con otros años, hace tres años con las campañas que ya estaban recortadas teníamos 20 por ciento, hoy es mínima la reactivación. Los procesos electorales siempre han provisto al sector de trabajo, sin embargo, no vemos algo que significativamente nos reactive”.
Juan Ernesto García Piña, vicepresidente nacional de la Cámara Nacional de la Industria de las Artes Gráficas (Canagraf), refirió que tanto candidatos como partidos políticos están optando por el marketing digital como un medio focalizado, rápido y de amplio alcance para llegar a los electores.
“Evidentemente el marketing digital ha revolucionado, es más económico y en algunos casos ha sustituido algunas partidas de los impresos y los trabajos que hacíamos. Para los candidatos representa mayor exhibición o exposición al electorado”.
Afirmó que con la pandemia batallan por conseguir insumos, especialmente, porque los proveedores exigen pagos de contado y los candidatos se quejan de que no hay presupuesto aunado a las auditorías, por ende, no hay flujo en el sector.
Aunque muchos son incuantificables, pues un candidato puede registrar que compró 5 mil volantes y mandó a hacer 20 mil y no hay quien los cuente, dijo, pero eso ha reducido porque quien tradicionalmente pedía 100 mil folletos hoy solo pide 20 mil.
“Lo que más se está vendiendo son las lonas y todo lo relacionado con los impresos como folletos, así como banderas, gorras y playeras, y promocionales como plumas y pulseras”.
Si bien se ha pugnado mucho porque los candidatos utilicen materiales ecológicos o de fácil reciclado para su propaganda, existe un doble discurso pues en realidad son muy pocos, casi nulos, los partidos políticos que están dispuestos a pagar el sobrecosto que esto significa, aunado a que no hay ninguna autoridad responsable de la revisión o bien un procedimiento de sanción.
“Hay gestiones para cuidar el medio ambiente y buscar la materia prima no contaminante, pero por otro lado son insumos muy caros y muy escasos, que lamentablemente no los pagan. Hay políticos conscientes que no usan esos materiales, pero es uno de 50, por ello los candidatos pagan los más baratos. En la realidad se pide, pero la fiscalización no se cumple”.
KVS