El año pasado debido a la crisis sanitaria por covid, las ventas en las panaderías y pastelerías a nivel nacional cayeron 75 por ciento en algunos casos y en otros los costos y las deudas obligaron a sus dueños a cerrar. Tan solo en el valle de Toluca al menos 123 pastelerías o panaderías dejaron de existir.
De acuerdo con el presidente de Innovación de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) del Valle de Toluca, Víctor Domínguez Jacinto, el cese de actividades no esenciales en oficinas de gobierno y la suspensión de clases presenciales en las escuelas son algunas de las causas que provocaron una baja en las ventas del sector panadero.
“Están desapareciendo las panaderías de barrio, esos pequeños lugares donde se genera comercio, pues pese a todo el pan se consume todos los días. El confinamiento y el temor al contagio ha obligado a muchas personas a no salir y por ende la baja en las ventas es considerable”.
El impacto directo –apuntó- se da en el empleo y los empresarios no tienen recursos para volver a abrir, por ello en muchos casos los cierres son a largo plazo o indefinidos. Datos de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa) –mencionó- señalan que hay empresas que tenían 50 sucursales, de las cuales cerraron 12; y las que tenían diez pastelerías, por ejemplo, cerraron cinco.
Las panaderías más afectadas –expresó- son las que se ubican cerca de centros de trabajo, en el caso del Valle de Toluca, son las que están cerca de las oficinas de gobierno. En zonas residenciales o habitacionales las ventas cayeron hasta 50 por ciento, es decir, vendieron la mitad, mientras que en zonas comerciales o de tránsito la reducción fue de 75 por ciento.
El año pasado –refirió- el sector también se enfrentó al incremento en los costos de las materias primas como el azúcar, el huevo o la harina. Aunado a los nuevos gastos, que van desde gel sanitizante y cubrebocas para los empleados hasta la compra de pequeñas bolsas de celofán para guardar desde galletas hasta conchas, cuernitos y otros panes.
KVS