Con la globalización, todos los países están ligados de una u otra manera, ya sea porque son importadores de algún producto o exportadores de materias primas que sirve para la construcción y fabricación de diversos artículos, por lo que una disrupción en las cadenas de suministro, como el conflicto entre Rusia y Ucrania, puede convertirse en un problema para la industria, como en el caso de la automotriz.
La invasión de Rusia a Ucrania involucra directamente a la industria automotriz, que no es ajena al conflicto. Primero, porque en el territorio ruso se encuentran muchas plantas automotrices, pero también, porque las marcas venden muchos vehículos en ese mercado, que se ha convertido también en uno de los más importantes del mundo, precisamente por su tamaño.
Uno de los anuncios que más ha impactado a nivel mundial es la salida de muchas marcas automotrices de Rusia, algunas de ellas son importadores y otras fabricantes, las cuales han suspendido por el momento la producción de autos, sobre todo para el mercado local.
Con la globalización, frente a un conflicto como éste, una marca automotriz que fabrica en Europa y que no puede conseguir tan fácilmente los componentes va a retrasar su producción y por ende las entregas a nivel mundial, incluyendo México.
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Para muchos fabricantes de coches Rusia es un mercado importante. Es el octavo mercado automotriz del mundo, tan sólo el año pasado se vendieron en Rusia un millón 666 mil 780 vehículos.
En dicho mercado, marcas como Renault, Stellantis, Hyundai o BMW salen directamente perjudicadas.
En el caso de Renault, es propietaria del fabricante ruso AvtoVAZ (Lada), que ha paralizado las líneas de montaje temporalmente debido a la escasez de piezas. Las operaciones de Lada aportan 6 mil millones de euros a la facturación del grupo. Al mismo tiempo, Renault cerró su fábrica de Moscú por problemas de suministro. En esa instalación se producen las versiones locales del Arkana y Captur, así como el Nissan Pathfinder local.
Stellantis tiene una fábrica en Rusia donde produce camionetas ligeras bajo las marcas de Citroën, Opel y Peugeot. El grupo se estaba preparando para empezar a exportarlos hacia Europa occidental, pero debido a los acontecimientos, esto ya no será posible.
Hyundai, la marca coreana, ha detenido la producción en su fábrica de San Petersburgo durante varios días, debido a la escasez de semiconductores. Hyundai ha comentado que la decisión no tiene nada que ver con la invasión a Ucrania, pero también ha detenido las entregas a los concesionarios en Rusia
BMW, por su parte, decidió interrumpir la producción local en Rusia y sus exportaciones. La firma alemana posee una planta de ensamblaje de vehículos CKD con un fabricante local (Avtotor), en el enclave ruso de Kaliningrado, que produjo unos 12 mil coches el año pasado. BMW vendió en 2021 46 mil 802 coches en Rusia.
Otras marcas como Volvo y GM fueron de los primeros fabricantes en anunciar que suspendían los envíos de coches al mercado ruso hasta nuevo aviso. Seguidos por Jaguar, Land Rover y Aston Martin
Por otro lado, pero en el mismo contexto, las marcas alemanas como Volkswagen, Porsche y BMW tienen problemas de desabasto de cableado, gas neón, microchips y una gran cantidad de componentes que son necesarios para la producción de sus autos y que proviene de sus proveedores como Leoni, Fujikura y Naxan instalados en Ucrania.
Pero, esto es tan sólo el comienzo, ya que de continuar el conflicto puede haber una menor fabricación de autos a nivel mundial y un desabasto mayor de unidades nuevas.
AMP