El comercio informal saltó de las calles a internet. Debido a la pandemia de covid-19, la venta de persona a persona se complicó, por lo que artesanos y jefas de familia que tenían en el comercio informal su forma de subsistir, se volcaron ahora a las redes sociales para ofrecer sus productos y aprovechar el llamado e-commerce, pero en escala micro.
Hasta antes del confinamiento provocado por el alto número de contagios de SARS-CoV-2, pequeños productores de artículos como jabones, velas, prendas tejidas y otro tipo de artesanías tenían sus puntos de venta más importantes en bazares.
Sin embargo, las restricciones a la actividad comercial impuestas por autoridades en prácticamente todo el país determinaron el cierre de estos espacios, por lo que los artesanos tuvieron que mudar su actividad comercial a las plataformas digitales.
“Cuando surge lo de la pandemia todo migra en línea, porque mucha gente no quiere salir o porque no debemos salir. La venta en tienda bajó a un 20 por ciento y con tienda cerrada en semáforo rojo a un cero; entonces, era muy importante darle un empuje a la venta en línea para no perder ese ingreso”, comenta Lilia Cortés, productora de jabones artesanales “Cami”.
Al respecto, Santiago Naranjo, Presidente para Latinoamérica de Vtex (empresa especializada en comercio electrónico), explica en entrevista con MILENIO que, a diferencia de lo que ocurre con la venta en línea a gran escala, en el caso del comercio electrónico en pequeña escala aún no hay cifras claras sobre el número de personas que se benefician de él ni sobre el monto de ventas.
“Digamos que es una mezcla entre redes sociales, domicilio y un catálogo de WhatsApp. Es una economía creciente, muy divertida, porque está generando mucho bienestar a mujeres cabezas de familia para poder subsistir, pero todavía es un mercado informal, todavía no hay muchas cifras sobre eso. Pero me arriesgaría a decir que hoy estamos 150 millones de personas en Latinoamérica utilizando WhatsApp, Instagram y Facebook para hacer algún tipo de transacción”, explicó el especialista en e-commerce.
La forma de operar es la siguiente: el pequeño productor utiliza su teléfono celular para ofrecer sus artículos a través de Instagram y en grupos de Facebook o en la sección de Marketplace de esta red. Ahí describe las características de la mercancía, el costo y la zona de entrega, que comúnmente es en lugares públicos cercanos a su domicilio, particularmente estaciones del Metro o del Metrobús.
La venta se gestiona y cierra a través de esas plataformas, o bien se traslada a WhatsApp, en donde se acuerda la fecha, la hora y el lugar de la entrega del producto.
Lilia Cortés, de “ Jabones Cami”, explica que “se necesita que toda la información de los productos esté al alcance del cliente, o sea, que él sepa todo lo que manejamos, que haya fotos para que lo puedan visualizar y obviamente apoyo de las partes tecnológicas. En este caso, el WhatsApp nos ha sido fundamental, así como Facebook e Instagram”.
Sobre el método de entrega, Lupita Díaz, productora artesanal de velas a través de su marca “Velas Bougie”, detalla que hace entregas en estaciones del metro de la Ciudad de México, así como a través de mensajeros y empresas de paquetería.
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“Tengo ventas en línea, dos tiendas en línea, una en Canasta Rosa, Shopify… Y, bueno, hago entregas en diferentes puntos del Metro. Tengo cuatro puntos que son: Mixcoac, Zapata, Mexicaltzingo y Barranca del Muerto. Hago entregas a domicilio, ya sea a través de un mensajero o una empresa de mensajería y hago envío a través de paquetería a nivel nacional”, especificó.
Y aunque el comercio electrónico es atractivo por la variedad de productos que se ofrecen, aún falta mucho por optimizar en este método de venta, reconoce el presidente para Latinoamérica de Vtex: “(A pesar de) la posibilidad de poder buscar en una página 2 mil productos con un buscador, comparar, ver las imágenes, aún nos queda mucho por trabajar; primero, el concepto social, todavía el e-commerce es una relación 2D, tenemos una foto, un botón, pero no hubo interacción, ahí tenemos todo por hacer.”
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De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta OnLine, en 2020 el e-commerce en el país representó 316 mil millones de pesos en ventas.
Así, sin importar el tamaño o actividad de las empresas, el comercio electrónico está siendo utilizado también por las personas a pequeña escala como vía de subsistencia, siendo otra área de oportunidad para sus negocios.
DMZ