Se propone una disminución de 3.6 por ciento en términos reales en el gasto total, lo que en principio pareciera ser una buena señal para los mercados financieros y fortalecer la calificación soberana del país
Cumplir con las metas de finanzas públicas será complejo, por lo que es muy factible que el gobierno de México tenga que apoyarse en mayor deuda pública, que como porcentaje del PIB podría elevarse más de los anticipado como consecuencia de un mayor monto como por un menor valor del producto, dijo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En su reporte semanal destacaron que en el presupuesto de egresos de 2025 se propone una disminución de 3.6 por ciento en términos reales en el gasto total, lo que en principio pareciera ser una buena señal para los mercados financieros y fortalecer la calificación soberana del país.
“Sin embargo, más allá de una planeación real, la reducción del gasto responde a una exigencia natural dada la rigidez de las fuentes de ingresos y el riesgo que implica elevar los niveles de deuda. Reducir el déficit vía menor gasto es sin duda la mejor opción, aunque puede tener un costo elevado”, dijo la agrupación.
Remarcó que en la clasificación administrativa del gasto programable, donde se refleja quien ejerce los recursos, se puede percibir cuales son las prioridades del nuevo gobierno.
“Tras las adecuaciones al gasto aprobadas, evidentemente por la mayoría de Morena, se puede apreciar que los objetivos serán los mismos que en el pasado gobierno: privilegiar objetivos políticos mediante proyectos cuya rentabilidad no es comprobable y programas de transferencias carentes de incentivos para la movilidad social y del objetivo de romper los ciclos de preservación de la pobreza de los segmentos sociales más necesitados”, explicó.
Expusieron que de los 44 ramos que integran esta clasificación, 35 presentaron recortes respecto a los montos aprobados para 2024. Los nueve rubros que reportan aumentos se pueden relacionar con los proyectos y programas prioritarios del gobierno.
“El gasto en desarrollo agrario, territorial y urbano aumenta 183 por ciento y responde principalmente al nuevo programa de vivienda social. Le sigue el incremento de 65.1 por ciento en el gasto en infraestructura, comunicaciones y transportes, que contempla las nuevas obras ferroviarias en el país. Las erogaciones de las entidades no sectorizadas crecen 20.7 por ciento, en especial por las transferencias al programa IMSS Bienestar. El gasto en Bienestar crece 2.8 por ciento”, dijo el Ceesp.