A pesar de que en los últimos años la economía mundial haya mostrado resiliencia, factores como las tasas de inflación, las alzas en la deuda y un entorno geopolítico difícil pareciera estar poniendo en riesgo el crecimiento de la economía mundial, de acuerdo con Kristalina Georgieva, directora de general del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Durante su participación en las reuniones anuales del FMI y del Grupo del Banco Mundial de 2024, señaló que aunque las tasas de inflación pueden ir a la baja, el nivel de precios es más alto.
“Sentimos en nuestras carteras que está aquí para quedarse. Las familias están sufriendo, la gente está enojada”, comentó.
Las economías avanzadas vieron las tasas de inflación en máximos únicos en una generación, pero también lo hicieron muchas emergentes, explicó.
Sin embargo, en los países de bajos ingresos, tanto a nivel nacional como de individuos, la inflación “golpeó más a los pobres”.
Sobre el entorno geopolítico difícil, indicó que el conflicto en expansión en Medio Oriente tiene potencial para desestabilizar las economías regionales y los mercados mundiales de petróleo y gas.
“Su impacto humanitario, junto con las prolongadas guerras en Ucrania y en otros lugares, es desgarrador”, dijo.
En este momento, dijo, sus pronósticos apuntan a una combinación implacable de bajo crecimiento y alta deuda, “un futuro difícil”.
Georgieva comentó que se prevé que el crecimiento a medio plazo sea “mediocre”, no muy inferior al anterior a la pandemia, pero lejos de ser “suficientemente bueno".
“No es suficiente para erradicar la pobreza mundial, ni para crear el número de trabajos que necesitamos”, comentó.
“Tampoco para generar los ingresos fiscales que los gobiernos necesitan para atender las pesadas cargas de deuda mientras se atienden a las vastas necesidades de inversión, incluida la transición ecológica”, expresó.
Destacó que el panorama se ve más preocupante por la alta y creciente deuda pública, mucho más alta que antes de la pandemia.
El pasado 15 de octubre, el FMI previó que la economía mexicana se desacelerará a alrededor de 1.5 por ciento este año, y no 2.2 por ciento como anticipó en julio, debido a limitaciones de capacidad y una política monetaria restrictiva.
MRA