La eliminación a los aranceles en ciertos productos básicos, recientemente publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) incidirá de manera positiva en las importaciones del sector cárnico desde Brasil y otros mercados, manifestó Ernesto Hermosillo, presidente del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne).
"Cuando hay cero aranceles en ciertas piezas de pollo podemos voltear a ver en otros países como Brasil que tiene arancel y en lugar de pagar 75 por ciento de arancel como hoy en día. A la hora que se pasa a valor cero, somos capaces de importar y ellos de surtirnos",sostuvo el representante de la industria.
"En este sector específicamente es interesante poder tener esta estrategia; dentro de esta propuesta hay una serie de productos y ya tendrá cada uno sus particularidades, pero por el momento nos permite tener proteína de ave a mucho mejor precio y sobre todo, que esté disponible, pues hoy estamos batallando en Estados Unidos por la escasez que tienen. Los precios tienen muchas variables y esta específicamente incide en poder contener el tema", añadió.
De acuerdo con el Compendio Estadístico 2022 de la industria, el año pasado en el país se consumieron 9.5 millones de toneladas de carne, de las cuales 48 por ciento era pollo; 28 por ciento, cerdo; y 21 por ciento, res.
Hermosillo señaló que ante el panorama económico, la escasez en algunas proteínas y las enfermedades en ciertas zonas de producción, el sector ha enfrentado aumentos en el costo de la pechuga de pavo de hasta tres veces; para el caso del pollo es el doble. A nivel general el sector cárnico ve un incremento en precio de hasta 35 por ciento.
Indicó que a su vez, la industria no ha trasladado este mismo porcentaje de aumento a los consumidores, pues han buscado implementar eficiencias dentro de la cadena de suministro.
"Brasil tiene producción suficiente, buena calidad y plantas autorizadas. Hay que pagar 75 por ciento de arancel, eso lo hace mucho más caro de los productos de Estados Unidos. Cuando la Secretaría de Economía abre ciertos CUPOs lo hace como válvulas de escape para poder mediar el efecto de precios", dijo.
"Es un buen producto, nos ayuda mucho y lo único que estamos haciendo es sustituyendo. No quiere decir que se importe más, lo que hacemos es dejar de comprar a Estados Unidos y empezamos a traer más productos desde Brasil cuando nos permiten esos CUPOs, con ello vamos intercambiando, buscando un precio más competitivo. No sólo Brasil, habrán otros productos de otros países donde podamos optar temporalmente para tener productos más económicos al no tener un arancel tan alto", añadió.
Estados Unidos concentra 83.4 por ciento de las importaciones (con 2.1 millones de toneladas anuales); Canadá, 9.6 por ciento (241 mil toneladas); Brasil, 4.4 por ciento (110 mil toneladas); y Chile, 1.4 por ciento (con 32 mil toneladas).
El presidente del Comecarne indicó que en el caso del pollo han tenido una menor disponibilidad de producto, derivado de la influenza aviar y el aumento en los precios de granos y fertilizantes, por la guerra entre Rusia y Ucrania. Dicha situación ha incidido en que exista menos disponibilidad de proteína y por ende, que aumenten sus costos.
"El transporte también ha subido, lo hemos podido amortiguar, pero ha habido un incremento y lo que vemos es que la gente está cambiando de una proteína a otra. Quizá no comen tanta carne de res y se pasan a la de cerdo o pollo, que tradicionalmente era más económica. Este año los precios siguen subiendo y no creo que hayamos visto el final, todavía vamos a sufrirle este año en este y muchos otros rubros más", agregó.
El directivo indicó que propuestas como el aumento en la producción local de granos y fertilizantes serán procesos que llevarán tiempo y que involucrarán temas de eficiencia, productividad y capacidad de plantaciones, que también requerirán retos en tecnificación y apoyos para poder alcanzarse.
Además, precisó que como en otras industrias, el reto que supone la inseguridad será un factor determinante para el desarrollo de la industria, toda vez que hay productos que deben venir escoltados, lo que genera sobrecostos a la industria.
El año pasado la producción de carne en el mundo superó las 260 millones de toneladas. En México el consumo per cápita se ubicó en 69 kilos. Hermosillo indicó que todavía hay trabajo por hacer con el fin de que más personas tengan acceso a la proteína cárnica.
"A partir del TLC, en 1994, pudimos traer proteínas a buenos precios con bajas arancelarias, estábamos alrededor de 45 kilos. Hubo poco más de un 60 por ciento de incremento en estas dos décadas en donde nuestro consumidor nacional ha venido teniendo más acceso a ello. Esto es un punto muy relevante. Sin embargo, lo que pasa en situaciones de crisis, inflación, poca disponibilidad, enfermedades en algunos animales, es una amenaza que puede venir en detrimento de este esfuerzo por seguir dando mayor proteína cárnica para nuestra gente", dijo.
srgs