La importancia de los emprendimientos para la economía nacional es enorme, ya que más de 90% de las empresas del país son micro, pequeñas y medianas, y la mitad de los nuevos empleos los genera algún emprendimiento, de acuerdo con los datos de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM).
Con la desaparición del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) en diciembre pasado, hay incertidumbre sobre el papel que el nuevo gobierno mexicano tomará dentro del ecosistema emprendedor, aún muy joven, pero bastante dinámico en la generación de proyectos para empresas.
A pesar de su dinamismo, 75% de las empresas que surgen en el país cierra antes de terminar su segundo año. Muchas lo hacen por falta de ingresos y capital de trabajo, pero otras por una mala administración o falta de profesionalización, ya que requieren acompañamiento en varios niveles para desarrollarse, crecer y consolidarse.
“Hace 10 años el ecosistema era chiquito e incompleto, pero hoy somos vistos como un HUB de emprendimiento para América Latina porque ya existen los jugadores necesarios para que funcione”, dice Jorge Gutiérrez, director general de FiinLab, el laboratorio de innovación de Gentera.
Para poder desarrollarse, es preciso que los emprendedores estén al centro de un entramado que incluye a los inversionistas, a las universidades, a las incubadoras, a las desarrolladoras, a los grandes corporativos y, por supuesto, al gobierno.
El Dato.90%
de las empresas son micro, pequeñas y medianas.
En los últimos ocho años, el Estado dio un impulso importante al ecosistema a través del INADEM, pero también con otras iniciativas como el Fondo de Fondos, que apoyó la creación de fondos de inversión en el país, y con iniciativas conjuntas de la Secretaría de Economía (SE), Nacional Financiera (Nafin) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para impulsar temas de investigación y desarrollo, dice Rogelio De los Santos, de Dalus Capital.
Al anunciar el cierre del INADEM, la secretaria de Economía, Graciela Márquez, dijo que serían destinados 3,000 mdp al otorgamiento de microcréditos, y en el Presupuesto de Egresos 2019 se consideró una partida de 659.4 mdp para el Fondo Nacional Emprendedor (FNE), apenas 20% del presupuesto del año previo, que servirá para dar seguimiento a apoyos otorgados en 2018.
Por ahora, el papel que jugará el nuevo gobierno en el ecosistema emprendedor está en pausa, hasta que se dicten las nuevas acciones y programas que propondrá la administración de López Obrador, así como las reglas y procedimientos para acceder a ellos.
Terreno despejado
Según Rogelio De los Santos, de Dalus Capital, el gobierno debe estar presente en varios niveles del emprendimiento, entre ellos, seguir impulsando la investigación con un enfoque aplicado; atraer al sector privado para que participe; brindar incentivos fiscales a las empresas que quieran salir al mercado de valores, y ofrecer un tratamiento menos oneroso en trámites y burocracia a las empresas pequeñas o en desarrollo.
Como socio fundador de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), De los Santos trabaja para impulsar temas que el gobierno podría tomar en sus manos para favorecer e impulsar la actividad emprendedora del país, similar a Ley de Sociedades de Acciones Simplificadas, lograda en 2016 para permitir la creación de empresas en un solo día.
Hoy, la ASEM empuja en específico la creación de una política pública que propicie que los emprendedores y empresas reciban el pago oportuno de sus facturas por medio de una Ley de Pago a 30 Días. De esta forma, podrán tener capital de trabajo para seguir produciendo, lo que hoy es imposible con pagos a 90 y hasta 180 días luego de facturar.
El Dato.1,000
universidadesmexicanas han sido beneficiadas por el programa de Santander Universidades.
El resto del equipo
Mientras la SE define su proyecto en este tema, el ecosistema emprendedor sigue adelante con los demás jugadores bien plantados en sus posiciones y trabajando para madurar.
Ya no tan incipiente, el ecosistema actualmente atraviesa una fase de creación. “Debemos seguir construyendo la infraestructura necesaria en todas las etapas del emprendimiento, en los principales polos de desarrollo del país, de acuerdo con su ubicación”, explica De los Santos.
Un buen ejemplo de la infraestructura que se requiere es Santander Universidades, iniciativa global de este grupo financiero español, que solo en México apoya a más de 1,000 universidades a través de convenios, becas, digitalización, infraestructura y el Premio Santander a la Innovación Empresarial, como ancla de sus esfuerzos en materia de emprendedurismo.
Santander Universidades sirve como puente entre muchos de los actores del ecosistema. “Trabajamos con instituciones que tienen programas propios de emprendimiento, como el TEC o la coordinación de innovación de la UNAM o la del IPN, y apoyamos a las incubadoras de los institutos tecnológicos de los estados”, dice Arturo Cherbowski Lask, director ejecutivo de la iniciativa en México.
Asimismo, Santander Universidades patrocina bootcamps para jóvenes innovadores a ecosistemas destacados como Silicon Valley, Harvard o la Universidad de Texas en Austin, y trabaja en la búsqueda de más y mejores mecanismos de financiamiento para los emprendimientos.
Con la idea de mejorar la red de apoyo al emprendimiento, Santander Universidades lanzó hace poco la versión beta de Santander X, una plataforma global para que los emprendedores encuentren todos los recursos que necesitan para desarrollarse: acceso a convocatorias, opciones de capacitación, red de contacto entre ellos y temas de financiamiento. Este recurso debería estar funcionando en el primer trimestre de 2019.
Solo a través del trabajo de todo el ecosistema, indica Rogelio De los Santos, “podemos escalar los emprendimientos y lograr un impacto mayor en el desarrollo económico y social del país, con un ecosistema que crece y genera casos de éxito que lo nutran de nuevo”.
¿Y la banca?
A lo largo de todo el proceso, es necesario contar con capital inteligente, dice el director de Dalus Capital, y ese es el reto más difícil para todo emprendedor. Y es que, sin importar qué tan brillante sea la idea que genera —o generará— el emprendimiento, aportar el capital para echarlo a andar es necesariamente un riesgo y por ello los proyectos no son candidatos a un crédito bancario.
Es aquí donde radica la importancia del surgimiento de Fondos de Inversión de Capital Privado. Sin embargo, esta parte del ecosistema “aún es joven, porque el más antiguo tiene apenas unos 12 años”, dice Rodríguez Arregui, de Ignia Partners.
Otro jugador importante en este sentido son los grandes corporativos, comenta el director de Ignia. “El ecosistema madura a buen ritmo, pero hace falta que las empresas participen mucho más”, que sean capaces de ver que hay emprendedores que pueden hacer ciertas cosas mejor que ellos. Por algo, “en 2017 40% de la inversión en emprendedores en EU provino de las empresas. En México todavía no se da eso”, dice Arregui.
Este fenómeno se aprecia muy claramente en el sector financiero, donde la necesidad de una transformación digital se ha hecho apremiante en los últimos años. “Los grandes bancos y otras entidades financieras se dieron cuenta de que las empresas Fintech no son su competencia, sino aliados estratégicos”, concluye Gutiérrez de FiinLab.