Una escasez global de chips de computadoras ha forzado a las automotrices a reducir la producción. El resultado es que ahora hay mucho menos vehículos en los concesionarios, justo cuando está amainando la pandemia de coronavirus y creciendo la demanda de coches, camionetas de carga y deportivas.
Charlie Gilchrist piensa que en los próximos meses sus 11 concesionarios de autos en el área de Dallas-Fort Worth venderán cada vehículo que reciban de las fábricas y a precios más elevados. En tiempos normales, eso sería motivo de celebración. Ahora no tanto.
Dada la fuerte demanda, Gilchrist pudiera vender más vehículos, si los tuviese. Incluso aunque subieron los precios. El costo promedio de los vehículos nuevos supera ahora los 40 mil dólares, un alza de casi 10 por ciento en dos años.
“Es claramente evidente cuando entras a nuestros lotes que no hay mucha selección”, dio Gilchrist, quien vende unidades de General Motors, Ford hasta Nissan y Volkswagen. “Nuestro volumen (de ventas) está cayendo debido a la falta de inventario. Seguirá cayendo en los próximos dos o tres meses”.
El aumento general de los precios de los autos contribuyó grandemente al salto el mes pasado en los precios al consumidor en Estados Unidos, reportó el gobierno el miércoles. De hecho, un aumento récord de 10 por ciento en el costo de los autos usados representó casi un tercio del incremento general en abril de la inflación, la mayor alza mensual en más de un decenio.
Ford espera producir apenas la mitad de su número usual de vehículos desde ahora y hasta finales de junio. GM y otros han optado por parar la producción de algunos modelos de vehículos y SUV pequeños y enviar los microprocesadores a vehículos más rentables como camionetas y SUV grandes. Los principales productores de autos están advirtiendo de una baja de las ganancias.
La escasez de vehículos y el alza de precios son consecuencias del estallido de la pandemia hace 14 meses. A medida en que se diseminaba el virus, las plantas cerraron por un par de meses. Con millones de personas más trabajando desde casa, la demanda de laptops y monitores llevó a los productores de semiconductores dejar de enfocarse en los autos y optar por los productos electrónicos personales.
Muy pronto, no obstante, una recuperación económica más rápida que lo que se esperaba estimuló la demanda de autos y las plantas trataron de restablecer la producción a plena escala. Pero los productores de chips no pudieron responder con suficiente presteza.
Con la producción aún más lenta, los inventarios de los concesionarios bajaron. Ahora, al persistir la escasez de chips, la poca existencia de nuevos vehículos ha empeorado y los analistas no prevén un regreso a la normalidad antes del próximo año.
Pero hasta ahora, los fabricantes de autos han estado logrando fuertes ganancias incluso con inventarios mermados, mayormente porque muchos consumidores han estado dispuestos a pagar más para obtener lo que desean. Con los cheques de estímulo del gobierno y los reembolsos de impuestos a la mano, los estadunidenses compraron unos 1.5 millones de vehículos nuevos en abril. Eso representa una tasa anual ajustada de 18.5 millones, la más alta desde 2005.
srgs