Uno de los fondos de pensiones más grandes del mundo, ABP, de Países Bajos, venderá todas sus participaciones en compañías de combustibles fósiles por valor de más de 15 mil millones de euros a medida que aumenta la presión sobre los planes de jubilación para proteger los ahorros a largo plazo de la amenaza del cambio climático catastrófico.
ABP, el fondo de pensiones holandés para trabajadores de educación y funcionarios públicos, informó ayer que espera haber vendido la mayoría de sus inversiones en compañías de gas, petróleo y carbón para el primer trimestre de 2023.
Las participaciones en alrededor de 80 compañías representan actualmente casi 3 por ciento de los 528 mil millones de euros de los activos totales de ABP. La venta significa que la empresa holandesa dejará de tener acciones de la petrolera Royal Dutch Shell.
ABP aseguró que no espera que la venta, una de las más grandes anunciadas hasta ahora por un fondo de pensiones líder, vaya a tener un impacto negativo en los rendimientos a largo plazo.
“Nos vamos a retirar de nuestras inversiones en productores de combustibles fósiles porque no vemos oportunidades suficientes para que nosotros, como accionistas, impulsemos la aceleración significativa necesaria de la transición energética en estas compañías”, afirmó Corien Wortmann-Kool, presidente de ABP.
Wortmann-Kool indicó que se necesita “un cambio radical” en la estrategia de inversión del fondo de pensiones porque se proyecta que las temperaturas globales aumenten 1.5 grados centígrados en los próximos siete años.
“Vamos a enfocar nuestros esfuerzos de transición energética en los grandes usuarios de energía fósil, como las compañías de electricidad, la industria automotriz y la aviación”, añadió Wortmann-Kool.
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ABP se enfrenta a la amenaza de acciones legales en Países Bajos por sus inversiones en combustibles fósiles, después de expresar tan recientemente como en junio que no tenía planes de desinvertir.
El fondo de pensiones señaló que la decisión de vender sus participaciones en compañías se combustibles fósiles no se relaciona con ninguna amenaza de acciones legales.
Por su parte, Rob Bauer, profesor de finanzas en la Universidad de Maastricht, afirmó que la decisión de desinversión por parte de ABP fue “muy sorprendente”, y agregó que “ABP ya no tendrá un asiento en la mesa en ninguna discusión con estas compañías de combustibles fósiles sobre la descarbonización. ¿Ayudará esto en la lucha contra el cambio climático?”, se preguntó.
La medida de ABP se produce después del anuncio en septiembre de CDPQ, el segundo fondo de pensiones más grande de Canadá, cuando dijo que retiraría por completo a los productores de petróleo de su cartera de 400 mil millones de dólares canadienses para finales del próximo año.
Los planes son parte de una estrategia climática renovada que presentó CDPQ, y el fondo va a deshacerse de sus activos restantes en el sector petrolero, lo que constituye apenas uno por ciento de su cartera.
Los planes de pensiones de todo el mundo están batallando por evaluar los profundos riesgos que plantea el calentamiento global y cómo navegar la transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono.
Menos de la mitad de los planes de pensiones en Europa y Reino Unido están considerando los riesgos de inversión que plantea el cambio climático, de acuerdo con un estudio de 850 planes de jubilación en 12 países europeos publicado el mes pasado por la consultora Mercer.
Solo 8 por ciento de estos planes de pensiones, que en conjunto supervisan activos por un billón de euros, se han comprometido hasta ahora a alcanzar el cero neto en emisiones de carbono.