Alison Rose, la primera directora de Royal Bank of Scotland

FT Mercados

Su llegada puede reducir la brecha de género en la parte alta del sector bancario.

“La crisis de 2008 podría haberse evitado si el banco de inversión Lehman Brothers, que se fue a la quiebra, hubiera sido Lehman Sisters”.
Brooke Masters
Ciudad de México /

Cuando el Royal Bank of Scotland (RBS) confirmó que Alison Rose sería su próxima directora ejecutiva, mi primera reacción fue “¡Por fin!”. Una mujer finalmente tiene la oportunidad de dirigir uno de los bancos más grandes del Reino Unido y del mundo.

Aunque RBS salió de la lista de “bancos globales sistémicamente importantes” en 2018, Rose es la primera mujer en convertirse en directora ejecutiva de un banco global de esa naturaleza (Ana Botín ha dirigido Santander de España desde 2014, pero ella, al igual que tres generaciones de su familia, se desempeña como presidenta ejecutiva, con un director ejecutivo debajo de ella).

Sin embargo, lo que me interesa no solo es que una mujer logró romper otro techo de cristal, sino que el sector finalmente empieza a diversificarse, hasta el punto en el que podríamos saber si el hecho de agregar mujeres a la alta dirección y a los Consejos de Administración hace alguna diferencia.

Después de que toda una serie de bancos quebró y se llevó la economía mundial entre las patas en 2008, algunos reguladores y críticos de la industria argumentaron que se debió a la toma de riesgos impulsada por la testosterona. La excomisionada de competencia de la Unión Europea, Neelie Kroes, y la nueva presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, entre otros, públicamente han especulado que la crisis de 2008 podría haberse evitado si el banco de inversión Lehman Brothers, que se fue a la quiebra, hubiera sido Lehman Sisters.


La mayoría de los líderes de la industria están de acuerdo en que hay valor en la diversidad. “El talento se distribuye de manera bastante uniforme por género, por lo que si tus principales posiciones están muy inclinadas por género, es probable que no estés obteniendo la combinación ideal de talento”, dice Howard Davies, presidente de RBS.

Existe un estudio de McKinsey que concluyó que las compañías con un liderazgo más diverso suelen tener márgenes de utilidades más altos, pero no se enfoca específicamente en las finanzas. Los escépticos señalan con razón que la correlación no es de causalidad; podría ser que las compañías que son buenas ya tienen la energía para dedicarse a los programas de diversidad.

En un estudio de 2008, que se publicó en la revista académica Evolution and Human Behavior, se encontró una fuerte correlación entre los altos niveles de testosterona y la toma de riesgos financieros. En otro estudio de ese mismo año, se hicieron pruebas de la saliva de los operadores para detectar la hormona. Se descubrió que ganaban más dinero cuando tenían niveles más altos, y se concluyó que los resultados se relacionan con una mayor tolerancia al riesgo y audacia.

Un estudio más reciente, que realizó Elizabeth Sheedy de la Universidad Macquarie en Australia en 2017, arrojó dudas sobre toda la teoría. Aplicó encuestas  a 36,000 empleados en 10 bancos diferentes, les preguntó sobre su comportamiento en gestión de riesgos. Encontró que las mujeres y los hombres en los niveles superiores tenían niveles similares de tolerancia al riesgo y administraban el riesgo de manera similar.

Hay pruebas de que a los bancos les va mejor a largo plazo cuando tienen Consejos de Administración más pequeños con miembros que tienen experiencia en el sector financiero y que están más dispuestos a desafiar a la administración. Pero debido a la división de género en la cima de las finanzas hasta el momento, esa no es una razón sólida para poner a más mujeres a cargo.

Ninguno de los ocho bancos estadounidenses globales ha sido dirigido por una mujer. En Europa, Rose eleva a tres el número de directoras ejecutivas que actualmente dirigen los 25 bancos más grandes de Europa: Carina Akerstrom fue nombrada para dirigir Svenska Handelsbanken y Kjerstin Braathen asumió el cargo en DNB en septiembre pasado.

Sin embargo, el nombramiento de Rose subraya que tal vez estamos llegando al punto en que habrá suficientes datos para ir más allá de los estudios de saliva y las anécdotas. Un número cada vez mayor de países adoptaron objetivos voluntarios o incluso cuotas para las mujeres en los Consejos de Administración, y aunque la banca se encuentra rezagada en comparación con muchas otras industrias, el cambio empieza a filtrarse.


Un estudio de la Facultad de Derecho de Harvard encontró que un tercio de los miembros del Consejo de Administración en los 25 bancos más grandes de Europa eran mujeres, en comparación con 15% antes de la crisis financiera. Las autoras Lisa Andersson y Stilpon Nestor también concluyeron que hubo progreso, aunque más lento, en el lado ejecutivo: 13% de los miembros del Comité de Alta Dirección eran mujeres, en comparación con 9%.

Eso sugiere que podríamos hacer comparaciones significativas entre los bancos que tienen un número sustancial de mujeres líderes y los que no. Averigüemos si sus Comités de Riesgo y Remuneración funcionan de manera diferente.

Las minutas del Consejo de Administración deben revelar si las mujeres tienen más o menos probabilidades de desafiar a la dirección. Entonces deberíamos poder vincular esos resultados con el desempeño de los bancos a largo plazo.


LAS MÁS VISTAS