Ante temores, Mario Draghi prepara un nuevo estímulo

FINANCIAL TIMES

Contención. Antes de dejar el Banco Central Europeo en otoño próximo, lanza un esfuerzo por impulsar la economía de la zona y combatir la creciente incertidumbre global sobre el comercio.

Plantea flexibilización cuantitativa de 2.6 bde del banco y recortes de las tasas. (I. Kalninis/reuters)
Claire Jones
Vilnius /

Mario Draghi se prepara para recortar las tasas de interés y embarcarse en una nueva ronda de compras de bonos antes de dejar el Banco Central Europeo (BCE) en otoño próximo, en un esfuerzo por impulsar la economía de la zona euro y combatir la creciente incertidumbre global sobre el comercio.

“El banco está listo para utilizar todos los instrumentos que están en su caja de herramientas” si la desaceleración en el sector de fabricación para exportación comienza a infectar otras partes de la economía, dijo el presidente del BCE en una conferencia de prensa el jueves después de una reunión de políticas del banco, y agregó que “el espacio de políticas está ahí” para cualquier medida necesaria.

Explicó que el consejo de gobierno del banco comenzó las discusiones sobre los detalles de cómo abordar los temores de los inversionistas de que una débil inflación y un débil crecimiento continuarán pesando en el área de la moneda única.

Específicamente mencionó como posibilidades una nueva expansión del programa de flexibilización cuantitativa de 2.6 billones de euros del banco y recortes de las tasas, pero insistió en que los esfuerzos del banco central tiene que ser acompañados por un impulso en el gasto público por parte de los gobiernos de la región. 

En la reunión, el BCE extendió su compromiso de mantener las tasas en niveles mínimos récord hasta mediados de 2020, a medida que los responsables de las políticas se enfrentan a las crecientes preocupaciones sobre una débil inflación. Draghi señaló que el siguiente movimiento en las tasas de interés —específicamente la tasa de depósito— tenía más probabilidades de bajar que de subir.

Sus comentarios culminaron en una semana tranquila para los dos bancos centrales más importantes del mundo. Jay Powell, presidente de la Reserva Federal de EU, destacó a principios de esta semana que se estaba preparado para recortar las tasas en caso de que la guerra comercial mundial comience a afectar la economía de Estados Unidos.

Después de registrar un alza de 0.5 por ciento en su paridad con el dólar, el euro retrocedió luego de que Draghi comentara que el banco estaba dispuesto a tomar medidas audaces.

El banco cree que tiene un espacio significativo para una nueva expansión cuantitativa, debido a la ligera expansión fiscal en la zona euro y los fallos del Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea sobre las compras de bonos anteriores.

El programa de compra de bonos, que comenzó en la primavera de 2015, se detuvo a finales del año pasado. Pero el BCE todavía tiene problemas para alcanzar su meta de estabilidad de precios de menos de 2 por ciento. La inflación cayó bruscamente en mayo a 1.2 por ciento.

Si bien se espera una cierta recuperación en junio, una medida que se observa atentamente sobre las expectativas de presión de precios de los mercados, la denominada tasa swap de inflación a cinco años, es inferior a 1.3 por ciento y está cerca de los niveles que se vieron por última vez en 2016, cuando el BCE aumentó las compras mensuales de bonos a través de la expansión cuantitativa de 60 mil millones a 80 mil millones de euros.

El BCE proyecta que la inflación se mantendrá por debajo del objetivo en el horizonte de previsión, y que alcanzará apenas 1.6 por ciento en 2021.

Draghi dijo que los riesgos se siguen inclinando a la baja debido a las incertidumbres geopolíticas, el aumento del proteccionismo y las vulnerabilidades en los mercados emergentes, y subrayó que el BCE está dispuesto y es capaz de actuar si hay pruebas de una desaceleración.

El consejo de gobierno del BCE dejó la tasa de refinanciación principal de referencia en cero y la tasa de depósito en menos 0.4 por ciento. En una medida apoyada unánimemente por el consejo de 25 miembros, el banco fortaleció su mensaje sobre los costos de los préstamos, y mencionó que ahora se espera que ambas tasas de interés se mantengan “al menos hasta la primera mitad de 2020”. Anteriormente el banco esperaba que las tasas se mantuvieran en pausa “al menos hasta finales de 2019”.

Draghi rechazó las sugerencias de que las tasas negativas perjudicaban la salud de los bancos de la zona euro, y aseguró que “hasta ahora no hemos visto ningún efecto”. Pero señaló que el BCE podría revisar la forma en que aplica los cargos a los bancos, si las condiciones económicas justifican nuevos recortes a las tasas.

​MRA

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