En un año dominado por la guerra de aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, una oleada de gravámenes de represalia y negociaciones comerciales intermitentes, el superávit de 1 billón de dólares de China dejó en claro que sigue siendo un gigante comercial imparable.
Si bien en lo que va del año el superávit comercial del país con EU ha disminuido en más de 100 mil millones de dólares en comparación con el total de 2024, aumentó en varios destinos, desde el Sudeste Asiático hasta Europa. El resultado es un superávit mundial histórico de bienes que alcanzó 1.08 billones de dólares en noviembre, impulsado por 3.41 billones en exportaciones y superando todos los totales anuales anteriores.
Esta semana en Pekín, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió sobre los “desequilibrios” en la relación comercial con China, que días antes, según el presidente francés, Emmanuel Macron, se estaban volviendo “insoportables”.
El diferencial comercial también refleja el avance de China en la cadena de valor de manufactura, en particular en el sector automotriz, lo que refuerza su arraigado dominio en áreas como teléfonos y computadoras, así como en bienes de menor valor.
“En el corto plazo, creo que el superávit comercial seguirá creciendo”, dijo Michelle Lam, economista para la Gran China de Société Générale. “Es un problema que no desaparecerá en algún momento pronto”.
Sin embargo, la fortaleza de las exportaciones chinas contradice un panorama económico más débil en el país, donde los responsables de la formulación de políticas se enfrentan a una débil confianza del consumidor y a la deflación. Las importaciones también disminuyeron, algo que tensó las relaciones con sus socios comerciales y aumentó la posibilidad de represalias.
Auge en el Sudeste Asiático
El crecimiento de las exportaciones de China al Sudeste Asiático es una de las características más llamativas del orden comercial que emerge, y esto se analiza con cuidado debido a su relación con la guerra de aranceles de Trump.
El superávit de China con la región fue de 245 mil millones de dólares durante los primeros 11 meses del año, muy por encima de la cifra de 191 mil millones que se registró en todo el año 2024.
Esto se debió al crecimiento del superávit con países como Vietnam y Tailandia, así como con Malasia, con el que China registró un déficit el año pasado.
Los economistas dicen que esto reflejará el “transbordo” de productos chinos a lo largo de la región, cuyas exportaciones a Estados Unidos se dispararon este año.
Los datos regionales muestran la expansión de China en diversos mercados este año. El superávit de 11 meses del país con África aumentó en 27 mil millones de dólares respecto a a todo 2024, impulsado por Nigeria, Liberia y Egipto, y las ventas de buques de carga al continente. El superávit de China con la Unión Europea aumentó casi 20 mil millones de dólares, mientras que con América Latina subió en 9 mil millones.
Impulso a los coches
El mayor aumento del superávit comercial este año provino de la industria automotriz. La cifra en el sector aumentó en 22 mil millones de dólares en los primeros 10 meses de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior, lo que elevó su total a 66 mil millones.
Se trata de un cambio de rumbo respecto a hace tan solo tres años, cuando China registraba un déficit con el resto del mundo en el sector automotriz. Apenas superó a Japón como el mayor exportador mundial de automóviles en 2023.
El comercio de autos con la Unión Europea también pasó de un déficit a un superávit, mientras que las exportaciones impulsaron su superávit con África.
China también tuvo un superávit de 64 mil millones de dólares en baterías durante los primeros 10 meses, un impulso nacional hacia los vehículos eléctricos, algo que convirtió a los principales fabricantes del país, como BYD, en marcas reconocidas a escala mundial.
Plantas de producción
El sector chino de manufactura se mantiene como una base fundamental para multinacionales como Apple y Volkswagen, así como para productores nacionales.
De enero a octubre 837 mil millones de dólares de las exportaciones chinas, o más de una cuarta parte del total, provinieron de empresas con inversión extranjera, según los datos aduaneros.
Dos de los mayores contribuyentes al superávit fueron teléfonos y productos de telecomunicaciones, con 151 mil millones de dólares, y computadoras, que representaron otros 70 mil millones.
El superávit de China también tuvo como motor una serie de artículos de bajo precio, incluido un auge de los paquetes de bajo valor, el modelo de negocio empleado por minoristas en línea como Shein y Temu, blanco de críticas en EU y la Unión Europea por aprovechar las lagunas legales de las exenciones de impuestos de aduanas.
Estos paquetes sumaron 22 mil millones de dólares al superávit comercial en los primeros 10 meses en comparación con el mismo periodo del año anterior, con un fuerte aumento en Europa.
Una moneda más débil
El yuan se apreció frente al dólar en el último año, pero se mantiene en un nivel más bajo en comparación con la última década.
A diferencia de otras grandes economías, China tiene que afrontar una deflación de los precios al consumidor y al productor a escala nacional, relacionada con las altas tasas de producción que impulsan el auge exportador.
Adam Wolfe, economista de Absolute Strategy Research, dijo que la participación de China en los volúmenes de exportación mundiales está aumentando a un ritmo no visto desde el “China shock” (el choque chino) inicial en la década de 2000, luego de la adhesión del país a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Sin embargo, al mismo tiempo, el valor total de sus exportaciones se mantiene estable en términos nominales gracias a que los precios cayeron.
Los economistas dijeron que la presión deflacionaria hace que los productores chinos sean más competitivos frente a sus rivales globales. “Cada año, el diferencial de inflación también le da a China una mayor competitividad en términos de precios”, dijo Shuang Ding, economista jefe para la Gran China y el norte de Asia en Standard Chartered.
¿Qué compra Pekín?
Si bien las exportaciones de China crecieron este año, las importaciones disminuyeron hasta 2.3 billones de dólares. La principal fuente son las materias primas, como mineral de hierro, cobre, soya y productos petroquímicos, así como semiconductores, un foco de presión comercial de Estados Unidos.
Shuang Ding, economista jefe para la Gran China y el norte de Asia en Standard Chartered, dijo que hubo algunos indicios de sustitución de importaciones, lo que significa que productos que antes importaba Pekín, como maquinaria y robots industriales, ahora se fabrican en el país.
Sin embargo, la nación asiática también se enfrenta a una demanda interna débil y a una desaceleración en el sector inmobiliario que ya entra en su quinto año.
Diversos indicadores recientes, como la caída de la inversión, subrayan la importancia de las exportaciones para impulsar el crecimiento económico.
Wolfe pronosticó que el superávit comercial podría seguir ascendiendo hasta los 1.5 billones de dólares si la inversión en activos fijos se mantiene débil, especialmente en la construcción, que depende más de las materias primas y contribuye a impulsar las importaciones.
“El nuevo shock de China persistirá mientras la demanda interna se mantenga débil”, dijo.