Citi agota opciones para vender su unidad minorista en Rusia

Las sanciones a Moscú pueden detener la operación del banco estadunidense; “no es una tienda donde puedes tirar los productos vencidos, es una institución con depósitos y préstamos”, advierte experto

La filial atiende a cerca de 500 mil consumidores con sucursales en 10 ciudades. Shutterstock
James Fontanella-Khan, Joshua Franklin y Imani Moise
Nueva York /

La venta planeada desde hace mucho tiempo por Citigroup de su banco minorista en Rusia está atorada en un limbo legal tras la invasión de Moscú a Ucrania, lo que aumenta las probabilidades de que la firma estadunidense tenga que poner fin a la operación.

Los planes para deshacerse del negocio minorista de Citi en Rusia se establecieron hace casi un año como parte de los esfuerzos de la directora ejecutiva, Jane Fraser, para reducir la extensa red internacional de consumo del banco.

Pero el número de compradores potenciales para la división se redujo ahora que los países occidentales, entre ellos Estados Unidos, sancionaron a Moscú en respuesta al ataque del presidente ruso, Vladímir Putin, a Ucrania. Se corre el riesgo de que la situación lleve a Citi a una costosa amortización, coincidieron negociadores y expertos en sanciones.

“Nos estamos quedando sin opciones… cerrar todo puede ser nuestra única opción”, dijo una persona dentro de Citi. El banco no quiso hacer comentarios.

Cientos de empresas occidentales anunciaron su retiro de Rusia en protesta por la invasión. Algunas compañías, como las grandes petroleras BP y ExxonMobil, también dejarán su participación en empresas rusas.

“Si eres una empresa occidental que intenta desprenderse de su participación en Rusia, sea la que sea, es un momento difícil para hacerlo”, dijo Brian O’Toole, un antiguo funcionario del Tesoro de EU.

Citi ya buscaba vender su banco minorista ruso antes de la invasión, pues el mes pasado reveló que tiene una exposición con valor de casi 10 mil millones de dólares en Rusia a través de préstamos, deuda pública y otros activos, en parte a través de su banco minorista.

Varios negociadores de Wall Street afirmaron que era algo inédito “en la memoria” que se lleve a cabo un proceso de venta en otro país mientras éste es objeto de sanciones económicas por parte de EU y las naciones europeas.

“Ha habido acuerdos realizados bajo gran presión antes, pero no conozco nada parecido desde el punto de vista político”, dijo un veterano abogado especializado en acuerdos de Wall Street.

La semana pasada, Fraser afirmó que la situación en Rusia es “fluida” y que es “demasiado pronto para decir exactamente lo que significa en términos de nuestro proceso de venta”.

Un abogado especializado en sanciones indicó que las opciones de Citi se vuelven “más limitadas” a medida que continúa el conflicto.

Es probable que los principales compradores potenciales dentro de Rusia se vean afectados por las sanciones, por lo que cualquier acuerdo requerirá una exención del gobierno de EU. En ausencia de ésta, el grupo de compradores se reducirá a compradores no sancionados en Rusia o en otros países que han adoptado una postura más neutral en la guerra, como China. La limitada lista de posibles compradores aumenta las posibilidades de que cualquier venta se realice con un gran descuento.

“Tendrán que pensar mucho si hay un comprador potencial y si es alguien del que les gustaría que los vieran recibir dinero”, dijo otro negociador de Wall Street.

Otra opción es solo liquidar el negocio; sin embargo, un abogado de Wall Street que ha trabajado en este tipo de transacciones señaló que puede tomar “cerca de un año” liquidar los préstamos y encontrar nuevos hogares para los depósitos bancarios.

“Esto no es una tienda de abarrotes donde se pueden tirar los productos ya vencidos. Es una institución financiera donde la gente tiene depósitos y préstamos. Y vas a tener que preocuparte por las posibles represalias rusas”, advirtió el abogado.

No hacer nada es también una opción que cobra fuerza dentro del banco. “La liquidación igual puede ser difícil. Esperar y ver puede ser el curso de acción más razonable”, indicó otra persona dentro de Citi.

Citi fue uno de los primeros bancos extranjeros en entrar en Rusia tras la caída de la Unión Soviética, al lanzar operaciones de banca corporativa en 1993 y de banca minorista en 2002. El banco mantuvo su compromiso con el país a lo largo de los años, incluso cuando otras firmas internacionales se retiraron debido a la intensificación de la competencia por parte de los bancos estatales y a los requisitos de cumplimiento cada vez más complicados.

Su banco de consumo ruso, con sucursales en 10 ciudades, entre ellas Moscú y San Petersburgo, atiende a cerca de 500 mil consumidores, principalmente a través de productos de préstamo sin garantía, como tarjetas de crédito y préstamos personales. La división pretendía ser el “banco líder en Rusia” al servicio de las clases media y alta y contaba con 180 mil 400 millones de rublos en depósitos de consumidores y 44 mil 700 millones de rublos en préstamos a particulares para finales de 2020, de acuerdo con los documentos presentados.

Los depósitos de consumo rusos de Citi casi se duplicaron entre 2014 y 2020, incluso después de que las sanciones impuestas tras la anexión de Crimea por parte de Putin en 2014 en el sur de Ucrania limitaron los préstamos de los bancos estadunidenses en la región.

“No hay un libro de tácticas para esta situación. Cualquiera que diga que tiene uno no ha vivido una crisis en las últimas dos semanas”, observó Daniel Tannebaum, jefe del continente americano contra los delitos financieros de la consultora Oliver Wyman, al hablar del dilema al que se enfrentan las compañías occidentales.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.