El plan de Elon Musk de comprar Twitter por 44 mil millones de dólares a menudo parecía una acción impulsiva de la persona más rica del mundo, pero el jefe de Tesla y SpaceX insiste ahora en que la operación forma parte de una estrategia para lanzar una “aplicación para todo” que incorpore mensajes, pagos y comercio y que lleva más de dos décadas de preparación.
“La compra de Twitter es un acelerador para crear X, la aplicación para todo”, tuiteó Musk luego de que sus abogados le comunicaron a la compañía de redes sociales que planea seguir adelante con la compra al precio original de 54.20 dólares por acción. El acuerdo está supeditado al financiamiento de la deuda y al fin de la amarga batalla legal de meses de duración para echarse atrás.
Desde que presentó su oferta original en abril, Musk dijo que la propiedad de Twitter tiene más que ver con que se conserve la plataforma como un lugar abierto para la “libertad de expresión” —por no hablar de resolver su problema de spam, que en apariencia irrita a Musk como usuario habitual— que con ganar dinero.
Sin embargo, durante el verano, Musk insinuó un plan más grande para Twitter: convertirlo en la columna vertebral de una “superaplicación” al estilo de WeChat que actúe como sistema operativo para la vida digital de las personas.
La “X” que se menciona en el tuit parece una referencia a X.com, la segunda startup del empresario, que al final se convirtió en PayPal.
Sin embargo, Musk reveló en agosto que en realidad tenía “una visión más grandiosa de lo que pensé que X.com o X Corporation pudo ser en su día”.
“Es una visión bastante grande. Y, obviamente, puede empezar desde cero”, dijo en la reunión anual de accionistas de Tesla, sin dar más detalles sobre lo que implicaba este plan. “Pero creo que Twitter ayudará a acelerar eso dentro de tres a cinco años”.
La compañía X.com original fue uno de los primeros bancos en línea, cofundado por Musk a principios de 1999, en plena burbuja de las puntocom. Su primera startup, Zip2, un directorio en línea de empresas locales, acababa de venderse a Compaq por más de 300 millones de dólares.
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Musk, un multimillonario de nuevo cuño, invirtió 12 millones de dólares —la mayor parte de sus ingresos por la venta de Zip2, después de impuestos— en X.com. Su idea era convertirla en una ventanilla única de servicios financieros, desde cuentas bancarias para consumidores hasta servicios de corretaje y seguros.
Un año después, X.com se fusionó con su rival Confinity y, en 2001, la compañía cambió de nombre a PayPal. Cuando se vendió a eBay por mil 500 millones de dólares en 2002, Musk ganó 180 mdd, lo que le permitió invertir en la startup de coches eléctricos Tesla y construir su compañía de cohetes, SpaceX.
Pero a lo largo de los años, Musk ha sugerido que considera a X.com como una oportunidad perdida para convertirse en “el lugar central donde se realizan todas las transacciones”. Le dijo a su biógrafa Ashlee Vance que incluso consideró “intentar recuperar PayPal”.
“Si todos tus asuntos financieros están perfectamente integrados en un solo lugar, es muy fácil hacer transacciones y las tarifas asociadas a las operaciones son bajas”, se cita a Musk en la biografía de Vance de 2015. “¿Por qué (PayPal) no está haciendo esto? Es una locura”.
PayPal recién llevó a cabo movimientos más ambiciosos para convertirse en una superapp de pagos, pero el concepto de Musk para fusionar Twitter y X.com parece ir aún más lejos.
En un informe presentado a los inversionistas a principios de este año, Musk expuso su visión de Twitter, que incluía la incorporación de pagos al estilo de PayPal entre los usuarios y la reducción de la publicidad para cobrar a algunos usuarios una suscripción. Proyectó que más de 100 millones de personas se suscribirían a X en 2028.
“Básicamente vives en WeChat en China”, dijo Musk a los empleados de Twitter en una reunión de todos en junio, antes de que intentara dar marcha atrás con el acuerdo. “Si podemos recrear eso con Twitter, tendremos un gran éxito”.
Musk no es el primer empresario estadunidense de tecnología que trata de recrear fuera de China una superaplicación al estilo de WeChat, que fusiona las redes sociales y el comercio.
El jefe de Meta, Mark Zuckerberg, ha tratado de convertir Messenger en una plataforma de juegos, pagos y compras, mientras que Evan Spiegel, de Snap, también intentó moldear la app a imagen y semejanza de WeChat con miniaplicaciones. Pero ninguna de ellas logró el mismo éxito que la plataforma de Tencent, que domina internet en China con más de mil 200 millones de usuarios.
En la actualidad, los visitantes del dominio X.com no verán otra cosa que una x minúscula sobre un fondo en blanco. Pero si hay que creer en la palabra de Musk —algo que no siempre es un hecho con el pícaro empresario—, algún día puede convertirse en mucho más.
Reiniciar X.com es “algo en que he pensado que será muy útil desde hace mucho tiempo”, dijo Musk en agosto. “Sé lo que hay que hacer… creo que es algo que será muy útil para el mundo”.
Y agregó: “Utilizo mucho Twitter. No es que vaya por ahí al azar queriendo adquirir empresas o cosas así”.