X Corp, de Elon Musk, amenazó con demandar al Center for Countering Digital Hate (CCDH), una organización que insinúa que se produjo un aumento en el discurso de odio y la desinformación en Twitter desde que el empresario tomó el control de la plataforma.
El CCDH hizo “afirmaciones incendiarias, atroces y engañosas sobre Twitter y sus operaciones”, de acuerdo con un documento legal que envió recientemente la matriz de la red social.
“Twitter empleará todas y cada una de las herramientas legales a su disposición para evitar que afirmaciones falsas o engañosas perjudiquen a sus usuarios, a la plataforma o al negocio”, concluye el documento difundido por el CCDH.
Twitter se encuentra bajo una creciente presión desde que Musk cerró la adquisición de la compañía por 44 mil millones de dólares en octubre. El empresario redujo la plantilla y recortó costos, mientras que los cambios radicales de política frustraron a usuarios y a ejecutivos de mercadotecnia y los ingresos por publicidad registraron una marcada caída.
Bajo la propiedad de Musk, la compañía también amenazó con demandar a Meta, propietaria de Facebook, alegando que le robó secretos comerciales al crear su aplicación de mensajes rival Threads.
Su último documento legal dirigido al CCDH hace referencia a una investigación publicada por la organización sin fines de lucro en junio, en la que se denuncia la proliferación de contenidos violatorios en Twitter, que a principios de este mes se rebautizó como X.
Una de las investigaciones del CCDH sugiere que 99 por ciento de 100 cuentas suscritas a Twitter Blue, el servicio de paga de la red, publicaron contenidos que equivalían a discurso de odio.
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La metodología empleada consistió en denunciar 100 tuits de cuentas de Twitter Blue y comprobar si habían sido eliminados o se habían tomado medidas en su contra cuatro días después. Los tuits señalados incluían supuestos comentarios racistas, homófobos y relacionados con conspiraciones. Después se eliminaron más tuits, pero el CCDH señala que “la mayoría” se mantienen.
“Los anunciantes huyen de su plataforma por una razón clara: Elon Musk apoyó la proliferación del odio y el racismo en ella, y no le importa detenerlo”, señaló en un comunicado Imran Ahmed, director ejecutivo de CCDH.
“Musk tiene en la mira a CCDH porque revelamos la verdad sobre la propagación del odio y la desinformación en Twitter bajo su propiedad, y eso afecta sus resultados”, añadió.
Sin embargo, en el documento se alega que el CCDH “hizo una serie de afirmaciones preocupantes y sin fundamento que parecen calculadas para perjudicar a Twitter en general y a su negocio de publicidad digital en particular”.
“Las afirmaciones del CCDH en este artículo son falsas, engañosas o ambas cosas, y no están respaldadas por nada que pueda llamarse de forma creíble investigación”, se lee en el documento.
Alega que el CCDH está financiado por competidores de la compañía o por gobiernos extranjeros “en apoyo de una agenda oculta”.
La organización declaró que no acepta financiamiento de compañías de tecnología, gobiernos o sus filiales.
En marzo, Musk reconoció un “enorme descenso de la publicidad”, ya que los anunciantes abandonaron el sitio tras su adquisición. Desde entonces, nombró como directora ejecutiva de Twitter a Linda Yaccarino, antigua responsable de publicidad de NBCUniversal. Yaccarino puso en marcha una ofensiva de encanto, reuniéndose con socios de medios, editoriales y agencias de talento e introduciendo nuevas medidas para recuperar la confianza de los anunciantes.
Twitter encargó un informe a la empresa de software Sprinklr en el que se sugiere que más de 99 por ciento de los contenidos de la plataforma es “sano” y no infringe normas ni leyes.
La compañía no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios, pero Musk tuiteó en respuesta a la cobertura informativa de la postura del CCDH: “Deberían guardarse sus palabras para el jurado”.
Por otra parte, Yaccarino introdujo cambios en el equipo de confianza y seguridad de la compañía, ampliando las funciones de algunos empleados y anunciando otras nuevas en áreas como el “cumplimiento global de contenidos”, de acuerdo con un correo electrónico interno que pudo ver Financial Times.
De acuerdo con el correo electrónico, X también va a contratar a un responsable global de “seguridad e idoneidad de la marca”, un término de la industria publicitaria que hace referencia al riesgo de que los anuncios aparezcan junto a contenidos problemáticos y desinformación.