Los consumidores estadunidenses muestran señales de debilidad después de ayudar a apuntalar a la economía más grande del mundo desde la pandemia, de acuerdo con un número cada vez mayor de empresas, economistas e inversionistas.
El titubeante inicio de la temporada de presentación de resultados corporativos alimentó las preocupaciones de que la fortaleza del consumidor alcanzó un punto máximo, a pesar de que los datos muestran un crecimiento del PIB más fuerte de lo esperado en el segundo trimestre, gracias en parte al gasto de consumo.
Kathy Bostjancic, economista jefe de Nationwide Mutual, dijo que espera que “los consumidores controlen su gasto a medida que avanzamos hacia la segunda mitad de este año” porque “los ahorros de la pandemia se están agotando, los hogares de menores ingresos están cada vez más al límite del crédito y… el crecimiento del empleo seguirá enfriándose”.
El índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan registró una lectura final de 66.4 en julio, la más baja desde noviembre de 2023, ya que la inflación y la incertidumbre electoral debilitaron las perspectivas económicas.
“Los altos precios siguen hundiendo las actitudes, en particular de las personas que tienen ingresos más bajos”, dijo Joanne Hsu, directora de la encuesta.
En la última semana, firmas de alto perfil advirtieron sobre la disminución de la demanda.
Jim Peters, director financiero de Whirlpool, el fabricante de electrodomésticos que pertenece al S&P 500, dijo que los consumidores están “agotados” y que la demanda es débil entre los compradores “discrecionales”, las personas que buscan actualizar su refrigerador o lavadora en lugar de reemplazar algo que estaba descompuesto.
Las acciones de UPS, la compañía de entregas considerada como un barómetro de la economía en general, cayeron 12 por ciento el martes después de que incumplió con las estimaciones de los analistas y redujo sus pronósticos para el resto del año.
Varias aerolíneas sobreestimaron la fortaleza de la demanda en el segundo trimestre. Y Lamb Weston, uno de los mayores proveedores de papas para restaurantes como McDonald’s y Chick-fil-A, advirtió que la caída de la demanda se “aceleró” en los últimos meses y continuará en su próximo año fiscal.
“Los datos en tiempo real” sugieren que “los consumidores empiezan a desacelerarse”, dijo Max Gokhman, vicepresidente sénior de Franklin Templeton Investment Solutions, citando “informes de empresas de productos esenciales de consumo o entidades financieras que dicen que vemos que los consumidores se inclinan a bienes orientados al valor… o que los consumidores del extremo inferior piden más préstamos y gastan menos”.
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Esa puede ser una buena noticia para los responsables de las políticas de la Reserva Federal, que se preparan para reunirse la próxima semana para discutir cuándo empezar a reducir los costos de endeudamiento. Una desaceleración del gasto de los consumidores puede facilitar que se alcance su objetivo de hacer que la inflación regrese a 2 por ciento.
Austan Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago, dijo a Financial Times a principios de julio que algunas empresas se beneficiaron de fuertes aumentos en las ventas durante la pandemia y que es natural ver a los clientes regresar a las tendencias anteriores.
“Es muy probable que volvamos a gastar la mayor parte de nuestro dinero como consumidores en servicios y, cuando eso suceda, los fabricantes de bienes se enfrentarán a problemas financieros”, dijo. “Ya se puede ver algo de eso y (empresas como) los fabricantes de ropa y el comercio minorista están pasando por un momento más difícil”.
Lisa Cook, gobernadora de la Fed, dijo que el regreso de los descuentos en tiendas como Target y Walmart puso de relieve la renuencia cada vez mayor de los clientes a tolerar los altos aumentos de precios de los últimos años.
“Varios minoristas nacionales anunciaron planes para reducir los precios de determinados artículos y cada vez hay más señales de que los compradores de mayores ingresos deciden comprar más barato y optan por las tiendas de descuento”, dijo Cook.
Sin embargo, algunas empresas que presentaron informes en los últimos días se muestran prudentemente positivas.
El director ejecutivo de Colgate-Palmolive, Noel Wallace, dijo que está “atento” de los consumidores en EU donde los minoristas han estado reduciendo algunos precios para impulsar el negocio, pero en general se mostró positivo con respecto a la demanda en todo el mundo.
El viernes, Colgate-Palmolive informó que el volumen de ventas aumentó 4.7 por ciento interanual en el segundo trimestre y elevó su pronóstico de desempeño para el año.
El director ejecutivo de Coca-Cola, James Quincey, dijo a los analistas que hay “señales de presión en varios segmentos de consumo en los mercados desarrollados”, pero también señaló que las ventas de algunos productos más caros, como jugos y agua mineral, están creciendo. La compañía elevó su pronóstico de ventas para todo el año.