Gran Bretaña tiene un problema de crecimiento, y no es único. La tendencia ajustada del PIB per cápita entre 2008 y 2023 fue de un miserable 0.7 por ciento anual, pero la fue aún menor en Francia e Italia. Incluso en Estados Unidos fue de apenas 1.5 por ciento. Por una serie de razones, entre las que se encuentra el aumento de los índices de dependencia, las crisis adversas y la débil productividad, la economía se inclinó a ser débil, lo que sugiere de manera firme que será difícil fortalecer a Reino Unido.
Sin embargo, lograr esto también es vital, como lo sabe Rachel Reeves, ministra de la Hacienda británica. En su discurso sobre el tema la semana pasada, argumentó que “sin crecimiento económico, no podemos mejorar las vidas de la gente común de clase trabajadora”. En teoría, el gobierno puede centrar la atención en la redistribución, pero en la práctica, esa alternativa ya se topó con los amortiguadores políticos y económicos. En Reino Unido el crecimiento es la prioridad.
Un área en la que el gobierno centra la atención es la planeación. Como señaló Reeves, “la falta de reformas audaces que hemos visto durante décadas se puede resumir en un túnel de 100 millones de libras construido para el HS2”. Sí, esto es una locura. En términos más generales, como señala Sam Freedman en su libro Failed State, el gobierno parece incapaz de construir cosas. Una de las principales razones es la facilidad con la que la gente puede bloquear la construcción. ¿Este gobierno conseguirá al fin superar estos obstáculos? También será esencial ampliar la capacidad del país para construir.
Para considerar lo que puede hacer un país serio en estas cuestiones, observemos que China logró construir alrededor de dos tercios de la red ferroviaria de alta velocidad del mundo en dos décadas. Es evidente que Reino Unido nunca funcionará así. Dudo de que haya incluso una transformación modesta. Tampoco hay que ser ingenuo sobre la velocidad y la magnitud del impacto en el crecimiento. Se puede decir que una mejor infraestructura es una condición necesaria para un crecimiento más rápido, pero no será suficiente. La tercera pista de Heathrow se convirtió en un símbolo de lo que la región no puede hacer. Pero, ¿su construcción transformaría el crecimiento? Lo dudo.
Si un crecimiento más rápido requiere una mayor inversión, es casi seguro que también se necesita aumentar el ahorro. De lo contrario, es probable que se produzca un aumento insostenible del déficit de cuenta corriente, ya que el país pasa a depender aún más del ahorro extranjero. Un mayor ahorro y una inversión más arriesgada van a exigir cambios sustanciales en los sistemas de pensiones. ¿Qué más se necesitará? Un requisito es un mercado laboral flexible.
Una empresa nueva y dinámica es incierta. Es fácil expandirse demasiado, pero entonces la empresa debe poder contraerse con la misma facilidad. Sin esa flexibilidad, las nuevas empresas empezarán a funcionar en otro lugar. Las protecciones excesivamente generosas para los trabajadores seguramente van a influir en contra del surgimiento de las nuevas actividades económicas que necesita el crecimiento.
Si bien el gobierno está decidido a endurecer la regulación del mercado laboral, Reeves también prometió publicar un plan de acción en marzo “para que la regulación funcione mucho mejor para nuestra economía”. El exceso de normas puede sofocar el dinamismo económico, pero, como pudimos descubrir durante la crisis financiera, una “regulación laxa” puede causar daños económicos y sociales devastadores.
No se debe ignorar la reciente advertencia del Banco de Inglaterra sobre estos riesgos. De la misma manera, siempre es necesario regular los daños ambientales o las conductas abusivas en el lugar de trabajo. Equilibrar estas cosas es difícil, pero hay que hacerlo. El crecimiento importa, pero no puede ser lo único que importe.
También será importante la reforma de los impuestos y el gasto. Parece increíble, por poner un solo ejemplo, que, como señala el comité de asuntos económicos de la Cámara de los Lores, “el gasto en prestaciones por incapacidad y discapacidad haya aumentado más de 40 por ciento en términos reales desde 2013 y ahora se ubique en 64 mil 700 millones de libras, es decir, alrededor de un 20 por ciento más que el presupuesto de defensa del Reino Unido”. Eso no tiene sentido.
Las políticas y su aplicación deben ser sistemáticas y a largo plazo. Reino Unido, por desgracia, no es bueno en ninguna de las dos cosas, pero puede intentar aprovechar las oportunidades. Donald Trump ha puesto a unos imbéciles a cargo del sistema de salud pública de EU, incluidos los Institutos Nacionales de Salud. Reino Unido debe ofrecer a los afectados la libertad que necesitan. Esto puede transformar las ciencias de la vida en el país.
Reino Unido se encuentra en un agujero de bajo crecimiento. Cuanto más dure, más profundo será el pesimismo y más débil el espíritu animal. El gobierno ya llegó a tomar malas decisiones, en particular el elevado monto de impuestos a los puestos de trabajo. ¿Puede ofrecer el enfoque disciplinado, pero flexible, que se necesita? Soy escéptico respecto de su éxito, pero espero que se demuestre que estoy equivocado.