Una fiebre de endeudamiento del gobierno estadunidense por un billón de dólares aumentará la presión sobre el sistema bancario del país a medida que Washington regrese a los mercados después de la lucha por el techo de deuda, dicen operadores y analistas.
Después de la resolución de esa disputa —que anteriormente impidió a Estados Unidos aumentar su endeudamiento— el Departamento del Tesoro, que dirige Janet Yellen, tratará de reconstruir su balance de efectivo, que la semana pasada alcanzó su nivel más bajo desde 2017.
JP Morgan calcula que Washington necesitará pedir prestados 1.1 billones de dólares en bonos del Tesoro a corto plazo para finales de 2023, con 850 mil millones de dólares en emisiones netas de bonos en los próximos cuatro meses.
Una de las principales preocupaciones que expresan los analistas es que el enorme volumen de nuevas emisiones haga subir los rendimientos de la deuda del gobierno, absorbiendo la liquidez de los depósitos bancarios.
“Todo el mundo sabe que se avecina una avalancha”, dijo Gennadiy Goldberg, estratega de TD Securities. “Los bonos del Tesoro se van a abaratar aún más. Y eso ejercerá presión sobre los bancos”.
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Además espera el mayor aumento en las emisiones de bonos del Tesoro de la historia, aparte de las que ocurren durante crisis como el colapso financiero de 2008 y la pandemia de 2020. Los analistas dijeron que los bonos tendrán vencimientos que oscilarán entre unos días y un año.
El Tesoro ofreció una guía e indicó que su objetivo es hacer que su balance de efectivo regrese a niveles normales para septiembre. JP Morgan señaló que el anuncio está más o menos en línea con sus estimaciones generales. El Tesoro añadió que “va a monitorear de forma cuidadosa las condiciones del mercado y ajustará sus planes de emisiones según proceda”.
Los rendimientos ya habían empezado a subir en previsión del aumento de la oferta, añadió Gregory Peters, codirector de inversiones de PGIM Fixed Income.
Este cambio aumenta la presión sobre los depósitos en bancos estadunidenses, que ya este año cayeron debido a que el aumento de las tasas de interés y la quiebra de los bancos regionales llevaron a los clientes a buscar alternativas de mayor rentabilidad.
Una mayor fuga de depósitos y el aumento de los rendimientos pueden, a su vez, llevar a los bancos a ofrecer tasas de interés más altas en las cuentas de ahorro, lo que resultará costoso para los organismo más pequeños.
“El aumento de los rendimientos obligará a los bancos a subir las tasas de interés de sus depósitos”, dijo Peters.
Doug Spratley, jefe del equipo de administración de efectivo de T Rowe Price, está de acuerdo en que el regreso del Tesoro al endeudamiento “puede exacerbar las tensiones que ya sufría el sistema bancario”.
“Tenemos un déficit presupuestario significativo y un endurecimiento cuantitativo. Si además tenemos una avalancha de emisiones de bonos del Tesoro, es probable que tengamos turbulencias en los próximos meses”, dijo Torsten Slok, economista jefe de Apollo Global Management.
Después de las quiebras bancarias de marzo, los clientes ya recurrieron en gran medida a los fondos del mercado monetario que invierten en deuda corporativa y soberana.
El volumen de fondos en cuentas del mercado monetario alcanzó el récord de 5.4 billones de dólares en mayo —en comparación con los 4.8 billones de principios de año—, de acuerdo con los datos del Investment Company Institute.
Pero aunque los fondos del mercado monetario suelen ser grandes compradores de bonos del Tesoro, es poco probable que compren toda la oferta, señalan analistas.
Esto se debe en gran parte a que los fondos del mercado monetario ya reciben una generosa rentabilidad libre de riesgo —en la actualidad, 5.05 por ciento anualizado— por los fondos a un día depositados en la Reserva Federal. Este porcentaje está por debajo del 5.2 por ciento que ofrece la tasa comparable de bonos del Tesoro, que conlleva más riesgo.
Según analistas, el efectivo puede redistribuirse para comprar bonos del Tesoro si ofrecieran rendimientos más altos que los servicios de la Reserva Federal.
“Aunque (los fondos del mercado monetario) pueden comprar algunos bonos del Tesoro al margen, creemos que será poco en relación con otros tipos de inversionistas (como de corporaciones, fondos de bonos y compradores extranjeros)”, escribió en una nota Jay Barry, codirector de estrategia de tasas de interés de JP Morgan.
Los excelentes datos de las cifras de empleo de mayo en Estados Unidos de la semana pasada incrementaron la presión al aumentar las expectativas de los inversionistas de que se produzcan nuevos aumentos de las tasas de interés, lo que puede reducir el apetito por la deuda del gobierno a las tasas actuales.
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