La esposa de Carlos Ghosn regresó a Japón para enfrentar interrogatorios por parte de los jueces en el tribunal de distrito de Tokio cuando los fiscales intentan construir un caso alegando que los pagos de Nissan beneficiaron directamente al ex presidente y su familia.
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Carole Ghosn, quien no es sospechosa, fue interrogada por los jueces como testigo el jueves por la tarde, de acuerdo con personas cercanas a la familia. Ghosn aterrizó en Tokio el miércoles por la noche después de ausentarse por cuatro días de Japón tras el arresto de su esposo durante una redada en su departamento la semana pasada.
Se esperaba que Carole Ghosn explicara a los jueces que ni ella ni su esposo estaban involucrados en nada ilegal, dijeron las personas.
En una entrevista con el Financial Times poco antes de viajar a París el viernes pasado, Carole Ghosn dijo que durante una redada humillante que se diseñó para dar un duro golpe psicológico a su marido, los fiscales le pidieron que los acompañara para interrogarla, pero ella se negó.
Aunque los fiscales confiscaron el pasaporte libanés de Carole Ghosn durante la redada, ella pudo salir de Japón con su pasaporte estadunidense, que logró conservar. Las personas cercanas a la familia dijeron que Carole Ghosn regresó a Japón “temerosa” de que confisquen también su pasaporte estadunidense.
El nuevo arresto de Ghosn se relaciona con las acusaciones de que ideó un mecanismo por medio del cual una parte de los pagos realizados por una subsidiaria de Nissan a un concesionario omaní de alguna manera llegó a los gastos que beneficiaron directamente al ex presidente y su familia.
Si bien los fiscales no dieron nombres de las compañías, en una investigación interna que llevó a cabo Nissan se descubrió que se realizaron alrededor de 35 millones de dólares en pagos a Suhail Bahwan Automobiles, un distribuidor omaní con vínculos con un amigo de Carlos Ghosn, entre 2011 y 2018, de acuerdo con personas familiarizadas con el caso. Suhail Bahwan Automobiles no respondió a una solicitud de comentarios.
Las personas familiarizadas con el caso alegan que alrededor de 35 millones de dólares se desviaron a Beauty Yachts, una compañía propiedad de Carole Ghosn, para comprar un yate de lujo cuyo costo es de más de 10 millones de euros a través de una compañía libanesa llamada Good Faith Investments, que creó el ex abogado de Ghosn, y otros vehículos relacionados con Carlos Ghosn.
También alegan que parte del dinero se utilizó para invertir en una compañía que es propiedad parcial del hijo de Ghosn, quien no ha estado en Japón desde el arresto de su padre en noviembre. Anthony, su hijo, se negó a hacer comentarios sobre si hubo alguna transferencia de dinero entre Good Faith y su compañía, Shogun Investments.
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FUERON TRES HORAS DE “BUENA FE”
El abogado de Ghosn, Junichiro Hironaka, confirmó a la prensa que la mujer respondió a las preguntas pero no dio en detalles. "Respondió con buena fe como prometió hacerlo", dijo sobre las casi tres horas de interrogatorio de la mujer.
En un mensaje de video que se publicó después de su arresto, Carlos Ghosn, el ex jefe de Nissan y Renault, dijo que era inocente de todas las acusaciones, y culpó de su caída a una “conspiración” y un “juego sucio” de los ejecutivos de Nissan para destituirlo.
El miércoles, los abogados de Ghosn apelaron ante la Corte Suprema el arresto y la detención de sus clientes a pesar de que se le otorgó libertad bajo fianza por los cargos anteriores.