Estimado lector, la revelación de que el multimillonario jefe del sector de tecnología Elon Musk es ahora un magnate de las redes sociales y el mayor accionista de Twitter encendió la plataforma estadunidense y el precio de sus acciones esta semana. En cuanto se conoció la noticia se produjo una rabiosa especulación sobre el tipo de inversionista que será. ¿Se sentará a ver cómo sube el precio de las acciones de Twitter o intervendrá y agitará para el cambio?
En un día, los inversionistas tuvieron su respuesta. El martes, el jefe de Twitter, Parag Agrawal, declaró que Musk iba a ocupar un lugar en el consejo de administración. Musk dijo en Twitter que tiene muchas ganas de hacer “mejoras significativas”.
A diferencia de Meta, matriz de Facebook, los derechos de voto de Twitter no están en manos de sus fundadores. Eso significa que el cambio es posible, aunque la participación de 9.2 por ciento de Musk no lo hace accionista mayoritario.
Eligió su momento con cuidado. Twitter está de capa caída. Antes de que se conociera su participación, las acciones registraron una caída de 40 por ciento en el último año. Los títulos operaban apenas a cinco veces los ingresos finales. El grupo todavía se tambalea después de la presión que ejerció el inversionista y activista Elliott Management hace más de un año.
El cofundador y antiguo jefe Jack Dorsey dejó su cargo el año pasado y fue sustituido por Agrawal, de 37 años, antiguo director de tecnología de la empresa. El trabajo previo de Agrawal con Project Bluesky, el proyecto de Twitter para crear una red descentralizada, puede indicar su voluntad de participar en la remodelación de la red.
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¿Qué gana Musk? La notoriedad de Twitter es engañosa. Sus 217 millones de usuarios tienen mucha participación y tiene una gran proporción de titulares de cuentas muy conocidas en los negocios, la política y los medios. Pero está lejos de ser la red social más grande; está muy por detrás de Google y Meta en cuanto a anunciantes.
Esta es una pequeña inversión para Musk en comparación con su participación en Tesla, pero tiene un incentivo para el éxito de Twitter. Su propia cuenta, con más de 80 millones de seguidores, es una fuente de publicidad para sus firmas. Su influencia es tal que Musk se ha enfrentado a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) por sus tuits, entre ellos el mensaje de 2018 de “financiamiento asegurado” que sugería que Tesla podía convertirse en empresa privada.
El precio de los títulos de Twitter subió 30 por ciento esta semana, pero el entusiasmo sobre la participación de Musk parece exagerado. No está claro cómo puede ayudar a la empresa.
Su importancia como usuario ayuda a mantener la popularidad de Twitter, pero no tiene experiencia en publicidad. Tampoco ha sugerido nada que pueda ayudar a Twitter a alcanzar su objetivo de 7 mil 500 mdd de ingresos y 315 millones de usuarios promedio diarios monetizables para finales de 2023. Para conseguirlo, Twitter tendrá que aumentar su base de usuarios en una quinta parte cada año. El año pasado, el número de usuarios aumentó 13 por ciento.
Hay entusiasmo por la posible introducción de un botón de edición que permita regresar y volver a escribir las publicaciones, pero es poco probable que esto, por sí solo, impulse a que más gente se inscriba o mayores ingresos por publicidad.
En el último trimestre, los ingresos de Twitter aumentaron 22 por ciento, a mil 570 mdd.
Por ahora parece que la atención de Musk se centra menos en los ingresos por publicidad que en la experiencia de usuarios. Hace poco pidió a sus seguidores opinión sobre la intervención y escribió que Twitter “no cumple los principios de la libertad de expresión”. Si consigue reducir la moderación, puede animar a más usuarios a unirse, aunque solo sea para ver qué pueden decir y salirse con la suya, pero es poco probable que a los anunciantes les atraiga la idea de un contenido más agresivo y con menos mediación.
La proximidad de Musk a cualquier negocio suele tener un efecto electrizante, hay que ver su impacto en los precios de criptomonedas y el interés público en el club nocturno Berghain después de que tuiteara sobre él. Pero es muy voluble en sus intereses y ya está al límite. ¿Cuánto tiempo tendrá que dedicar a Twitter además de sus funciones en Tesla, SpaceX, The Boring Company y Neuralink, junto con sus siete hijos? Es poco probable que su interés en el negocio lo haga más atractivo como inversión.