Nissan y Renault convocan a una tregua en su disputa de gobernanza antes de la decisiva reunión de accionistas de la automotriz japonesa la próxima semana, mientras los grupos automotrices dan los primeros pasos hacia la reparación de su arisca relación.
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Después de un enfrentamiento de 10 días que en privado algunos ejecutivos de Nissan dijeron que equivalía a un “chantaje”, el grupo japonés le dijo a su socio francés de la alianza que ofrecería varios asientos del comité del consejo al director ejecutivo de Renault, Thierry Bolloré, como parte de una reforma del consejo de administración, de acuerdo con personas con información de las conversaciones.
Anteriormente, se había previsto que Bolloré, que forma parte del consejo de administración de Nissan junto con el presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, no ocuparía ningún puesto en el comité.
Una persona cercana a Renault dijo que un acuerdo sobre la gobernanza con Nissan es vital para reiniciar la relación entre los socios de la alianza y será crucial para cualquier posibilidad de reiniciar las conversaciones con Fiat Chrysler. Las negociaciones de fusión entre Renault y FCA se cayeron la semana pasada.
La misma persona dijo que si un acuerdo con FCA todavía iba a ocurrir, tendría que suceder en el próximo año y antes de que las condiciones del mercado cambien demasiado.
Las tensiones aumentaron la semana pasada después de que el Financial Times reveló que Senard le escribió al jefe de Nissan, Hiroto Saikawa, y le dijo que había decidido que la automotriz francesa se abstendría de votar con su participación de 43 por ciento en Nissan, lo que automáticamente bloquearía los cambios propuestos de gobernanza propuestos en parte por el mismo Renault.
Las personas cercanas a la situación dijeron que Nissan se enfrentó a una difícil elección: aceptar la demanda explícita de Renault para dar un puesto en el comité a Bolloré o apegarse a un sistema acusado de darle poder al ex director ejecutivo Carlos Ghosn para manejar la empresa como un dictador.
Senard dijo a los accionistas en la reunión anual de Renault que se oponía a que Bolloré quedara excluído de los comités del consejo de administración de Nissan.
“Pensé que lo menos que podríamos tener es contar con dos representantes en más comités”, dijo. Agregó que Renault permite que los representantes de Nissan en su consejo de administración ocupen puestos en el comité.
Las negociaciones resaltan las sensibilidades que las dos empresas tendrán que navegar para reconstruir la confianza en la alianza que es el mayor fabricante de automóviles del mundo.
Incluso cuando dieron la bienvenida al inminente avance en las reformas de gobernanza las personas cercanas a Nissan dijeron que el trabajo de reparación de la alianza sería largo y propenso a repentinos reveses, una realidad que los ejecutivos de Nissan sospechan que Senard aún no comprende.
Si Renault abstuviera sus acciones en la votación en la reunión de accionistas de la próxima semana, Nissan no podría obtener el respaldo requerido de dos tercios para aprobar los cambios de gobernanza.
Las relaciones entre el grupo automotriz francés y el japonés llegaron a su punto más bajo después del arresto de Ghosn en noviembre por cargos de mala conducta financiera, el ejecutivo unió a las dos empresas. El ex presidente y director ejecutivo de la alianza protegió cada lado de las tendencias más nacionalistas del otro.
Saikawa le dijo al Financial Times la semana pasada que quería “hacer las paces” con Renault y “estabilizar y reforzar” la alianza entre los dos rivales.
La alianza formal que une a Renault con Nissan ya comenzó a aflojarse, con el desmantelamiento de varias funciones convergentes y otras divisiones fusionadas que pierden tanto el trabajo como personal, informó el FT esta semana.
Con información de Leo Lewis, David Keohane y Peter Campbell.
MRA