El grupo de naciones ricas del G20 se prepara para extender su oferta de alivio de deuda para los países más pobres del mundo hasta el próximo año, pero se enfrenta a un coro de críticas cada vez mayor por su limitada ambición ante una crisis creciente en las economías emergentes.
Los ministros del G20 se verán hoy durante las reuniones anuales de esta semana del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, cuando se espera que anuncien una prórroga de seis meses de la iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del grupo (DSSI, por su sigla en inglés) en virtud de la cual 73 países elegibles pueden solicitar a los gobiernos del G20 y sus entidades de crédito oficiales que pospongan los pagos de deuda que vencen este año y que se repartan a lo largo de cuatro años.
La iniciativa original fue anunciada cuando la pandemia se extendió por todo el mundo, para ofrecer alivio a corto plazo a los países pobres que luchan por cubrir los costos sanitarios, sociales y económicos inmediatos.
Pero, si se confirma, la prórroga será inferior a la que solicitaron los países beneficiarios.
En una reunión este mes de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, el Instituto de Finanzas Internacionales, que representa a los acreedores del sector privado, y un grupo de ministros de finanzas africanos pidieron la extensión del DSSI hasta finales de 2021.
El G20 también recibió críticas por no tomar en cuenta las opiniones de los países deudores.
Una declaración que se emitió tras la reunión decía que “todas las partes interesadas, incluidos los países deudores y el sector privado, deben tener un lugar en la mesa (de negociaciones) y que se deben considerar sus opiniones”.
Stephanie Blankenburg, jefa de deuda y financiamiento del desarrollo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, dijo: “Existe un acuerdo entre los países avanzados y en desarrollo en el G20 para representar solo los intereses de los acreedores. No se habla en absoluto sobre cómo los países deudores podrán recibir sus propuestas”.
En particular, criticó un plan separado del G20 para los países pobres con problemas de deuda, que considerará reducciones y amortizaciones caso por caso el próximo año.
Condiciona el alivio de los países del G20 a que los países deudores soliciten el mismo trato a los acreedores privados, incluidos los bancos comerciales y los tenedores de bonos.
“Eso supone una enorme carga para los países en desarrollo elegibles, que suelen ser pequeños y pobres”, dijo Blankenburg.
David Malpass, presidente del Banco Mundial, también criticó los esfuerzos del G20. Afirmó que “el G20 es un foro principalmente para acreedores y se ha mostrado renuente a avanzar con el tema más amplio (del alivio de la deuda)”.
“Los acreedores bilaterales buscan obtener la mayor cantidad de pagos posible”, dijo, y criticó en repetidas ocasiones a los miembros del G20 por no participar plenamente en la iniciativa.
De acuerdo con el FMI, 44 países solicitaron participar en el DSSI, posponiendo alrededor de 5 mil 300 millones de dólares en pagos este año, menos de la mitad de los ahorros potenciales estimados por el Banco Mundial de 11 mil 500 mdd.
El monto pospuesto es aproximadamente una décima parte del costo fiscal de la pandemia en los 44 países participantes este año, que el FMI estima que es el equivalente a 2.2 por ciento del producto interno bruto o alrededor de 54 mil millones de dólares.
De los 44 países que ya utilizaron el DSSI, solo tres solicitaron un trato comparable a los acreedores privados y todavía no se firman acuerdos, según el FMI.
Malpass también criticó el compromiso parcial de China en el DSSI. Algunos acreedores chinos reprogramaron el pago de capital, pero continuaron cobrando los intereses, y la deuda diferida seguía sujeta a intereses, “por lo que aumentará la carga de la deuda de los países pobres en lugar de aliviarla”, señaló.
Se critica a China por tratar a sus grandes entidades de crédito oficiales como bancos comerciales en lugar de públicos, por lo que tienen la opción de participar en el DSSI. Pekín dice que proporcionó casi la mitad del alivio que se ha negociado a la fecha este año.
El gran acreedor
China se consolidó como el mayor acreedor para muchos de los países pobres en los últimos años; según el Banco Mundial, su participación aumentó de 45 por ciento en 2013 a 63 por ciento a finales del año pasado.
Crece pasivo
La deuda total de los países elegibles para la DSSI subió 9.5 por ciento en 2019, a 744 mil mdd, una cifra récord. Sobre este monto, 178 mil mdd corresponden a deuda bilateral, en su mayoría con miembros del G20.
Contra el covid-19
Según el G7, la DSSI ya ha permitido a 43 países diferir 5 mil mdd en pagos oficiales del servicio de la deuda para liberar dinero para responder a la pandemia.