Es probable que las críticas de Donald Trump a los vehículos eléctricos conduzcan al fin de los subsidios gubernamentales para los consumidores que los compran, lo que impulsará a Tesla, de Elon Musk, al golpear a sus rivales con mayores pérdidas.
El virtual presidente electo dijo que los vehículos eléctricos significarán la “aniquilación total” de la industria automotriz estadunidense, incluso cuando la adopción de estos vehículos se incrementó en otras partes del mundo, sobre todo en China. Trump afirmó en julio, cuando aceptó la nominación republicana, que “pondría fin al ‘mandato’ de los vehículos eléctricos desde el primer día”, en referencia a las normas de emisiones propuestas que la administración de Joe Biden suavizó cuatro meses antes.
Si bien Tesla está ganando dinero con sus vehículos eléctricos, las pérdidas de sus rivales se redujeron gracias a los créditos fiscales al consumidor por un valor de hasta 7 mil 500 dólares en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación de Biden.
“La presidencia de Trump será un factor negativo para la industria de los vehículos eléctricos”, dijo el analista de Wedbush, Dan Ives. “Sin embargo, para Tesla, lo vemos como algo muy positivo”.
Tesla ya sumó 300 mil millones de dólares en capitalización de mercado desde la noche de las elecciones, una cifra que supera el valor combinado de Ford, General Motors y Stellantis, dijo el analista de Deutsche Bank Edison Yu.
Los incentivos fiscales al consumidor benefician más a los rivales de Musk porque Tesla tiene utilidades con sus coches y camionetas que funcionan con baterías, mientras que los vehículos eléctricos generan pérdidas para otros fabricantes de automóviles estadunidenses. Los créditos fiscales al consumidor reducen esas pérdidas, y un denominado “tecnicismo” para los vehículos eléctricos en arrendamiento con opción de compra generalmente garantiza el mayor crédito posible.
La mayoría de los vehículos que los consumidores compran no son elegibles para el subsidio completo porque muchos de sus componentes o materiales provienen de China, pero esos requisitos no existen para los vehículos en arrendamiento con opción de compra, algo que llevó a una explosión en el alquiler de autos eléctricos.
Tesla prefiere vender sus modelos en lugar de dar un arrendamiento con opción a compra, para evitar el riesgo de que se reduzca el valor residual, dijo Jessica Caldwell, directora ejecutiva de información en Edmunds.
Sin embargo, muchos grupos automotrices que venden en EU fijan los precios de sus vehículos eléctricos teniendo en cuenta el incentivo fiscal, y mientras más grande es el subsidio —que maximiza la “laguna legal del arrendamiento con opción de compra”— más atractivo será el producto para los consumidores. Sin los subsidios, los fabricantes de automóviles pueden verse obligados a reducir sus precios y ampliar sus pérdidas, o correr el riesgo de perder algunos clientes por completo.
La directora ejecutiva de GM, Mary Barra, dijo que la compañía obtendrá utilidades con los vehículos eléctricos para fin de año. Como en la actualidad Tesla es el único fabricante de automóviles estadunidense que lo hace, se beneficia de las crecientes pérdidas de sus rivales sin sufrir por ello.
“Eliminen los subsidios”, publicó Musk en julio en X. “Solo ayudará a Tesla”.
La elección de Trump también puede llevar a una aprobación regulatoria más rápida para la tecnología de conducción autónoma, lo que ayudará a Tesla y otros grupos que desarrollan esta tecnología.
Trump “también puede acelerar algunas de las iniciativas (de autoconducción total) y autónomas para Tesla” y su competidor Waymo, dijo Ives.
El mes pasado, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras inició una investigación sobre Tesla después de que se informó de cuatro accidentes que se produjeron en condiciones de poca visibilidad mientras estaba activada la función de “conducción autónoma total”. Uno de los accidentes fue mortal.
La esperada reducción de las normas sobre emisiones de vehículos y de los estándares de consumo de combustible bajo el gobierno de Trump dará a los grupos automotrices tradicionales un periodo de transición más largo hacia los coches de baterías, lo que les dará más tiempo para seguir vendiendo autos y camionetas con motores tradicionales.
Nada cambiará durante 18 a 24 meses, pero es probable que los grupos automotrices tradicionales, como GM y Ford, sientan los beneficios, señaló el analista de Barclays Dan Levy.
Con menos productos eléctricos en el mercado, se espera que Ford sea el que más se beneficie, mientras que “GM tiene más avance en los vehículos eléctricos, por lo que su capacidad está establecida”, resaltó.
El año pasado, la Agencia de Protección Ambiental presentó regulaciones que habrían requerido que dos tercios de las flotas de los grupos automotrices fueran eléctricas para 2032. Esa meta se suavizó en la norma final de la agencia en marzo, y las empresas tendrán más tiempo para cumplirlo.
Trump también fijó la mira en la Junta de Recursos del Aire de California durante su primera administración y puede hacerlo de nuevo. La junta tiene una exención desde la década de 1960 que le permite establecer su propia política de emisiones más estricta, y los grupos automotrices a menudo siguen sus decisiones debido al tamaño del mercado. En 2019 la administración de Trump demandó a la junta para revocar la exención, una demanda que se retiró cuando Biden asumió el cargo.
Aunque el cambio de políticas bajo Trump apunta a vientos en contra de los vehículos eléctricos, las armadoras seguirán avanzando hacia una mayor electrificación, después de que ya invirtieron miles de millones en plantas, herramientas, desarrollo de productos y mercadotecnia, aseguran los expertos.
“Nadie está descartando los vehículos eléctricos”, agregó Levy. “Esto es todo el nuevo producto que las compañías están planeando. Tal vez lo que hace esto es cambiar el momento y la curva… si no está impulsado por la demanda, si no existe el mandato regulatorio, no lo harán”.
Los aspectos de la política de vehículos eléctricos que, según los expertos, están menos amenazados son los que benefician a los aliados de Trump. El crédito fiscal a la producción incluido en la ley antiinflación ayudó a impulsar la expansión de la presencia de los fabricantes de automóviles, que incluyó la construcción de nuevas plantas en estados como Georgia, Tennessee y Michigan, que votaron por él.
“Ya hay mucha inversión”, dijo Stephanie Valdez Streaty, directora de información sobre la industria en Cox Automotive. “(El crédito fiscal a la producción) es menos vulnerable que los créditos al consumo”.